Sevilla
Amador saca provecho de la recuperación de Ortega por J MARIÑAS
Las revistas adelantaron su publicación un par de días para así despistar, sin conseguirlo, claro, lo que mañana traerá «Hola» con la gran exclusiva bien pagá del enlace andaluz de Carla y Jorge donde la prensa y medios desplazados se quedaron no sólo sin posibilidad de retratos, sino exhaustos, tras cuatro horas al sol bajo 37 grados.
No les sacaron ni un vaso de agua, ya no digo frivolidades de un cóctel y cena no servidos como se cuenta por Caritina Goyanes, sino por el muy prestigioso restaurante Bodega Campos de Córdoba. Cayetano suele visitarlo los domingos en compañía de su entrañable María Dolores «la anticuaria». Cocina postinera con catering extraordinario que también atendió la boda montada por Rocío de la Cámara. A cada uno lo suyo, aunque los «compis» pasaron sed y hambre, nada les costaba un chorreo misericordioso. Resulta tan vergonzoso como el montaje isleño de Rosa con un presuntamente seductor Montalvo. Simple trama: Mohedano y su niña estuvieron cuarenta días sin visitar al doliente y ahora, como arrepentidos y llenos de aflicción le han acompañado en plena rehabilitación casera. No tardaron en contarlo televisivamente pasando por taquilla. No respetan nada y se impone el «ahora qué».
Los hermanos del diestro tienen más razón que un santo en mantener distancias con un clan interesado y más que retratado. ¿Y ahora qué? Lo peor está por venir incluso tras la muerte trágica de Carlos Parra. A Ortega Cano le espera Vía Crucis, Calvario, el más difícil todavía por encima de los seis meses que calculan como plazo para su «levántate y anda» o los cinco años de su completa recuperación física. No nos engañemos ni creamos reconciliaciones en las visitas semi anónimas de Chayo y Amador, en seguida registradas televisivamente.
Los hermanos del diestro adoptaron medidas preventivas ante su internamiento hospitalario en Sevilla. Cogieron las riendas administradoras de «Yerbabuena» que hasta entonces manejaban Gloria y su esposo José Antonio con el beneplácito de su cuñado, ahora encamado. Afable, pero bipolar, con incesantes subidas y bajadas, José tiene el diablo en casa. Y aquí no hay equipo médico posible.
Me cuentan que los Ortega, vía la doliente y tierna Mari Carmen, a la que siempre veo componiendo cabezas en Antena 3, se lo dijo claro al matador y su entorno: «Si vuelven los Mohedano, no los recibiremos de brazos abiertos ni cerrados. Los ignoraremos». Parece que Gloria y su esposo seguirán llevando las visitas turísticas, bodas y banquetes en ese cortijo de Castilblanco de los Arroyos. ¿Usará mano izquierda encauzando entendimiento entre hermanos y demás parentela?. «Los hombres» de su familia se ven como administradores manteniendo a Gloria de empleada, ella que era dueña y señora. No les fía la ganancia.
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