Atlético de Madrid
Frenético
Era imposible que el partido mantuviera el ritmo de los primeros treinta minutos. La velocidad con que se jugó hacía suponer desfondamiento general. No hay quien soporte tal tensión durante tantos minutos. Y ocurrió en la segunda parte.
Marcó el Atlético por medio de Forlán en jugada en que Agüero arrancó en fuera de juego. En el Santiago Bernabéu estos lances no se pitan. Al Villarreal así le ocurrió. El 0-1 sirvió para que el juego del Real Madrid fuera arrebatador. Fue como tocarle los costados a una fiera. Se arrancó y llevó al Atlético a su área. De Gea tuvo que hacer dos paradas extraordinarias para evitar la ventaja madridista.
Los atléticos parecieron asustados, acomplejados, ante la avalancha madridista. Cristiano Ronaldo creó horror, terror y pavor en la defensa rojiblanca. Cada llegada a las inmediaciones del área era sensación de gol. El Atlético era incapaz de sostener la pelota. La perdía con tal rapidez que lo mejor que acababa haciendo era taponar los disparos de los adversarios. Solamente al final del primer periodo, cuando el Madrid aflojó, consiguió crear algún avance con Filipe, Agüero y Forlán. Fue casi un milagro que se fuera al vestuario con el empate a un tanto.
En un minuto cambió el signo de la eliminatoria. «Kun» y Forlán no acertaron a batir a Casillas. El delantero uruguayo estrelló la pelota en el poste. Instantes después, Özil le sirvió el segundo tanto a Cristiano. La segunda mitad del partido fue el reposo del guerrero. Se perdió la velocidad de la primera parte y el Madrid no tuvo tantas facilidades para el contragolpe. El Atlético de Madrid remató la función regalando el tercer gol en el minuto 90.
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