El tren de borrascas que no llega por Roberto BRASERO

Si esta imagen no le congela el alma tenemos un problema. En España, la sequía no llega: siempre está ahí; viene en nuestro gen climático, viaja en nuestra Historia. También está presente en los años de lluvias normales, incluso en los de bonanza. No deberían despistarnos los buenos años pluviosos porque, a la larga, no lo son tanto: los ahorros, sin ingresos, se acaban extinguiendo algún día. No podemos beber eternamente de aquel tren de borrascas que llenó los embalses en el invierno de hace dos años. Tampoco las inundaciones, llamativas y cada vez más frecuentes, que son como los malos estudiantes: la lección de golpe y en un día no se asimila, ni se aprovecha ese esfuerzo de las nubes. En los próximos días volveremos a ver llover. Llegará algún día ese temporal atlántico que nos ha esquivado este seco invierno. La suerte nos acompañará si encadenamos varios, como siempre dice Ángel Rivera, aunque ni el experto meteorólogo nos lo puede asegurar. Y entonces, cuando volvamos a ver correr los ríos, cuando los embalses sumen hectómetros, cuando ya nadie escriba de este asunto y sean otras las fotos que nos hielen el alma, recuerden que la sequía no se ha ido, que siempre está y siempre seguirá ahí.