Bruselas

La perversión semántica por José Clemente

La Razón
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Como Felipe II al conocer el desastre de La Armada Invencible, con los ingleses apoyando a Portugal al tiempo que aspiraban a ser los dueños del mar, la rebelión morisca en pleno auge y el pirata Drake atacando los barcos españoles de las Indias, Ramón Luis Valcárcel no envió ayer a su vicepresidente y a otros consejeros a luchar contra los elementos, en forma de desmentido, para anunciarlo hoy en Bruselas como si no pasara nada. Aunque el presidente no lo quiera ver, si había ocurrido lo más parecido a un tsunami político que ayer le llevó a puntualizar, en la misma línea que la defendida por sus hombres, que la causa eran los elementos y no un choque naval con la Armada Británica, por lo que estamos donde estábamos. Veamos. El presidente nunca dijo que su gobierno estuviera pensando en pedir la intervención, como tampoco que Murcia fuera a ser rescatada. Del mismo modo que a la línea de crédito de 100.000 millones que la UE nos prestará para sanear nuestro sistema financiero nadie lo llama «rescate español», que la Región se acoja al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), especialmente habilitado por el Gobierno para que algunas comunidades puedan hacer frente a sus compromisos a un interés mucho más bajo que el de los Bancos y los mercados, tampoco se le puede llamar «rescate de Murcia», porque esa es la perversión semántica que buscan los especuladores para hacer leña del árbol caído. Pero que eso lo hagan los socialistas españoles, algunos medios de comunicación y cuantos desean lo peor para España, es del todo inmoral y confirma la impunidad en la que se mueven los saqueadores para abusar de las tragedias humanas. Valencia niega ahora que esté intervenida, porque el día que eso suceda nadie lo podrá parar. Por tanto, no hay intervención, ni se le espera; no hay rescate, ni lo habrá; y lo que si hay es un reality show que viene de Princesa o de Ferraz, eso sí, con la inestimable ayuda de terceros.