Venezuela

El cártel sandinista

Los Ortega levantan uno de los grandes grupos financieros de Nicaragua

Daniel Ortega, en un acto de campaña en Managua
Daniel Ortega, en un acto de campaña en Managualarazon

MANAGUA- Una bandera rojinegra ondea bajo la nicaragüense en el Fuerte de El Castillo, en pleno río San Juan. La enseña sandinista se mece levemente por la asfixiante brisa selvática en uno de los baluartes levantados por los españoles para proteger Granada de los ataques piratas. Así ocurre en todos los monumentos nacionales. Y en los coches de reparto de Correos y en los edificios oficiales y ministerios, donde es frecuente encontrar pegatinas con la forma de una camiseta de fútbol rojinegra y el dorsal con el nombre «Daniel», por el presidente Ortega, dueño y señor de Nicaragua tras su regreso a la Presidencia en 2007. Desde entonces, reina el clan Ortega, puesto que son legión los hijos y familiares directos o indirectos que manejan los hilos del poder y del sandinismo.

El último movimiento del cártel, otro escándalo para la oposición, es la creación de la nada del canal 13, llamado Viva Nicaragua, que opera 24 horas desde hace unos días bajo la dirección de Camila, Luciana y Maurice Ortega Murillo, todos ellos hijos del presidente. El nuevo canal, vinculado al gobernante Frente Sandinista (FSLN), ha comenzado a emitir a menos de cinco meses de los comicios presidenciales y parlamentarios, en los que Ortega se presentará para una polémica reelección consecutiva pese a que la Constitución lo prohíbe.

Dueño y señor del FSLN, Ortega y su esposa, la señora Murillo, hacen y deshacen a su antojo y compran, con los recursos estatales, emisoras de radio y televisiones que su clan se encarga de dirigir. Como las cuatro estaciones de radio de Managua que administra Rafael Ortega Murillo, hijo adoptivo del mandatario. O como el opositor Canal 8 de televisión, comprado por «empresarios» sandinistas hace un año. Ortega ya atesoraba el canal 4, además de revistas y portales, pese a que el artículo 68 de la Constitución prohíbe también la concentración de medios en manos de un mismo grupo.

Pero el emporio va más allá: un hotel, empresas de vigilancia que monopolizan los contratos del régimen y hasta financieras que gestionan los 500 millones de dólares anuales que Chávez regala a su colega nicaragüense.


El modelo chavista
El clan Ortega-Murillo ha puesto en práctica la perfección del sistema chavista para fabricar con recursos del Estado un entramado de medios que frene a los diarios opositores con el único fin de asegurarse una reelección que prohíbe la Carta Magna. El sistema, como en Venezuela, permite una libertad de prensa tutelada por el régimen.