Investigación científica
Terapia celular contra los tumores en niños
Cuando los medicamentos ya no funcionan en los cánceres pediátricos, la viroterapia –células de médula ósea con virus– detecta las metástasis y acaba con la replicación de las células
A veces el mejor tramiento son las células de uno mismo. Y en el caso de los tumores pediátricos refractarios (aquellos que no responden a tres o más terapias), se convierte en una realidad que cada vez se usa con más frecuencia. «Se obtienen células de la médula ósea (interior de los huesos largos), en nuestra "sala blanca"se purifican las células madre mesenquimales y se expanden en cultivo in vitro durante dos o tres semanas hasta obtener un número de célula suficientes», explica Javier García Castro de la Unidad de Biotecnología Celular, del Área de Biología Celular y Desarrollo del Instituto de Salud Carlos III.
Una opción terapéutica que para muchos niños, «es una nueva opción terapéutica que nace dentro del abanico de terapias celulares que en la actualidad se hayan en estudios y aplicación clínica», apunta Luis Madero López, jefe de Servicio de Onco-hematología del Hospital Universitario Niño Jesús de Madrid. Este procedimiento, «caballo de Troya» se mezcla en el torrente sanguíneo y consigue replicarse dentro del tumor y que este haga lo propio. «Si los virus infectan células normales no se replican y se detiene el proceso. Además, tenemos datos de que todo este proceso genera una activación del sistema inmune que, en ciertos casos, origina una actividad antitumoral por parte del sistema inmune eliminado», explica García Castro.
Además de este tipo de tratamiento, hay un amplio abanico de usos, como quedó patente en el I Simposio Internacional «Terapias celular con células madre adultas», celebrado esta semana en el hospital infantil madrileño. Muchos de los procedimientos requieren las células de la sangre cordón, «mucho mejor si son de un hermano HLA idéntico, ya que las probabilidades de sobrevivir ascienden por encima del 90 por ciento en los casos en los que se realiza un trasplante celular o se emplean estas células en el tratamiento de alguna enfermedad relacionada con la sangre», apunta Madero.
Una de las novedades presentadas en la reunión, consiste en el uso de células hematopoyéticas del cordón umbilical en una patología no hematológica, como es la parálisis cerebral. «Tan sólo se ha realizado en un pacientes y es muy prematuro aventurar cómo podrían interpretarse los resultados sin tener opciones para comparar», subraya Madero.
También en el campo de la cirugía, sobre todo en las cicatrizaciones, hay mucho trabajo para estas células. «Los cirujanos antes que nada necesitamos saber cómo va a cerrar un vaso, un tejido... Y por ello, podemos utilizar células mesenquimales para ayudar a ‘‘sellar'' esas heridas internas, que en muchos casos darían graves problemas para los pacientes», explica Damián García Olmo, director de la Unidad de Terapia Celular del Hospital Universitario La Paz.
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