El videojuego ya no es para eruditos por Toni P

Ponerse delante de un televisor a hacer gimnasia en compañía de tu abuela era impensable hace pocos años. A más de uno le mirarían raro. Sin embargo, Nintendo, la compañía japonesa de la que Rafael Martínez es subdirector general en España, tuvo un buen día la ocurrencia de sacar del armario al mundo de los videojuegos. Lo extrajo de ese submundo de extraños eruditos y lo «socializó». «Le demostramos a la gente que nunca lo había probado que no era una pérdida de tiempo, sino algo útil», dice. Ese cambio de estrategia dio sus resultados. En 2009, Nintendo vendió en España 730.000 consolas Wii, de las que 400.000 fueron adquiridas como regalo de Navidad, un cierre de campaña histórico. Hoy los japoneses sacan pecho en España y exhiben que un 57,4 por ciento del sector es suyo. Líderes absolutos. La crisis les afectó, como a todos, pero no es el enemigo de la videoconsola, sino los piratas, y no precisamente los del parche en el ojo. Los españoles piratean 1,3 millones de juegos al mes y las descargas ilegales se comen la mitad de las ventas. Un 44,6 por ciento de los juegos se obtiene ilícitamente. Martínez clama por una legislación que acabe con este fenómeno en el «peor país del mundo en materia de desprotección intelectual». Mientras, seguirán experimentando. «Cuando acabamos de desarrollar una consola ya estamos en la siguiente», dice. Sí, un día cambiaron de táctica y vieron el éxito, pero eso no quiere decir que esté asegurado: «cuanto más crees que sabes, menos sabes en realidad».