San Blas
Hartos de apretarse en un barracón
A los fieles de Las Rosas no les dejan construir su iglesia
MADRID– El pasado 4 de junio un nutrido grupo de fieles, amigos y simpatizantes de la parroquia de Nuestra Señora de Las Rosas, en el distrito de San Blas (Madrid), peregrinó hasta la Catedral de la Almudena para rezar a la Virgen y pedirle que se aceleren los trámites para construir su parroquia.
Con sus gorras y pañuelos naranjas, el medio millar de participantes recorrió con esperanza los 10 kilómetros que separan el prefabricado que utilizan como templo y la catedral de Madrid, donde celebraron una eucaristía presidida por el deán.
Los feligreses de Nuestra Señora de Las Rosas llevan cerca de 12 años reuniéndose cada domingo en un prefabricado hecho de módulos de obra, mientras esperan a que se resuelva un trámite burocrático que les reconozca como propietarios del terreno en el que se encuentran y que actualmente pertenece al Ayuntamiento. El calor durante el verano o lo antiestético del lugar son algunos de los problemas que sufren los feligreses, pero sin duda el más importante es la falta de espacio.
«Tenemos en catequesis familiar a 240 niños que acuden con sus padres. A eso le sumamos 50 adultos y 100 niños que se preparan para hacer la primera comunión y nos encontramos con que no cabemos. Estamos contentos en nuestra parroquia pero no tenemos espacio. No es un capricho, el espacio es el principal problema», comenta a LA RAZÓN Miguel Ángel Núñez, párroco de Nuestra Señora de Las Rosas.
El origen de esta situación se remonta al año 1997, cuando el Arzobispado de Madrid permutó con el Ayuntamiento de la capital un gran terreno a cambio de 39 terrenos más pequeños. En los 38 terrenos que pasaron a manos del Arzobispado se fue edificando, menos en el que debía albergar a la parroquia de Las Rosas. Diferencias en el tipo de terrenos permutados pueden ser la causa. El asunto está en manos del departamento jurídico del consitorio y hasta que no redacte un informe final nadie podrá construir.
En los próximos días el párroco, junto con otros parroquianos, tiene previsto acudir al Ayuntamiento para obtener una respuesta definitiva. «Sólo pedimos que se pongan de acuerdo los que se tengan que poner y que nos den una respuesta rápido», comenta Miguel Ángel.
La parroquia, que se abrió en el año 2000, se encuentra en uno de los Programa de Actuación Urbanística (PAU) de Madrid, de reciente construcción y con más de 30.000 vecinos, la mayoría matrimonios jóvenes con hijos. «La gente es muy participativa, con mucha ilusión y vínculos de amistad. Hacen colas para apuntar a los hijos a catequesis, incluso hay veces que tenemos que poner cupos porque no se cabe», afirma Miguel Angel.
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