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Plagio osero Antonio PÉREZ HENARES

Plagio osero Antonio PÉREZ HENARES
Plagio osero Antonio PÉREZ HENARESlarazon

Hace ya seis años en una de mis visitas a la Cordillera Cantábrica , Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo, y varios de los miembros de sus patrullas me relataron, con pesar, que uno de los problemas para la especie era que los osos machos, en busca de hembras con que aparearse, asesinaban a los cachorros de éstas. Incluso, y con los integrantes de la patrulla del Alto Sil, estuvimos en un roquedo donde tan sólo unos días antes se había producido uno de estos desgraciados sucesos que había acabado con la vida de tres oseznos. Me impactó tanto el asunto que en estas mismas páginas de La Razón publiqué un reportaje y alguna columna en la que hacía referencia a ello. En el año 2007, Palomero y sus colaboradores publicaron un libro, «Osas. El comportamiento de las osas con crías», en el que daban cuenta de ocho casos por ellos comprobados. Uno más, sucedido posteriormente, también fue detectado por sus patrullas. En el año 2009 un grupo de investigadores de Doñana entre cuyos firmantes figuraban Miguel Delibes hijo y Alberto Fernández de la estación Biológica de Doñana publicaba en la más prestigiosa revista del sector «Animal Behaviour» un artículo sobre el asunto atribuyéndose el descubrimiento de este comportamiento y ofreciéndolo como primicia a la comunidad científica. Sin hacer ni una sola referencia al origen de sus datos, ni al hecho de que hubieran sido ya publicados (aunque en algún pasaje y por otra cuestión sí mencionaran el citado libro) anteriormente. La Fundación Oso Pardo protestó, con contención y mesura, por ello ante la revista buscando tan sólo el reconocimiento mínimo a su trabajo y datos. Ante la negativa cerrada de los «autores» y vistas las contundentes pruebas «Animal Behaviour» ha optado por eliminar el artículo y colocar sobre él un «Retracted» que deja en pésimo lugar a sus responsables. La polvareda que ello ha levantado en el mundo de la conservación está siendo enorme y el prestigio de los firmantes ha salido seriamente vapuleado. Ésos son los hechos. Y sobran los comentarios. La apropiación del trabajo ajeno y la ocultación de fuentes no pueden tener cabida en el mundo de la ciencia ni en las publicaciones serias. En suma, su trabajo era un plagio y muy científicamente hay que decir que Delibes y Fernández tienen más morro que un oso... hormiguero.