Sucesos

«Tuvimos que salir corriendo por una pista forestal»

«Tuvimos que salir corriendo por una pista forestal»
«Tuvimos que salir corriendo por una pista forestal»larazon

Llers- Francesc espera a las afueras de Llers, una de las poblaciones más castigadas por el incendio. La carretera está cortada y no puede llegar a su masía. De fondo, una columna de humo se erige en la zona donde están sus tierras. «El huerto se me ha quemado entero», dice con los ojos enrojecidos. «¿La casa? Creo que no. Espero que no», añade, pero no sabe en qué condiciones se encontrará sus cinco hectáreas de terreno. «Ayer por la tarde apareció un helicóptero y nos dijo que abandonáramos la casa. La carretera estaba en llamas y tuvimos que salir corriendo por una pista forestal. Hemos dormido en el coche», explica Ana, otra vecina del pueblo. «Las llamas –prosigue- estaban a escasos cien metros. Era lastimoso, el incendio ha arrasado con todo». La escena se repite. Carreteras cortadas y decenas de vecinos que se aglutinan a la espera de conocer el estado de sus terrenos. No tienen otra alternativa que esperar lo mejor y prepararse para lo peor. «No han limpiado el bosque en años. Antes los ganaderos hacían todo el trabajo. Alguien debería explicar por qué los bomberos no tienen escuadras forestales. Y ahora pasa lo que pasa. Eso sí, ni rastro de los bomberos. El helicóptero que nos echó no sé ni de qué era», señala Jordi. «Lo último que vi es arder el cobertizo de madera que tengo en uno de los huertos. Llevo aquí diez horas y nadie sabe cuándo podremos volver a casa. Estoy desesperado», añade Carles, otro vecino de Llers. Los corrillos de vecinos son la viva imagen de la angustia que viven los habitantes de estas pequeñas poblaciones. Se abrazan y se consuelan mientras el humo persiste en el horizonte.