Haití
Cólera contra la ONU en Haití
Una senadora haitiana culpa a las fuerzas nepalíes de la Minustah de propagar la epidemian. Los enfrentamientos contra los «cascos azules» causan decenas de heridos y dos fallecidos.
Unos mil soldados nepalíes se encuentran en Haití bajo mandato de la ONU, casi la misma cantidad de haitianos que ha muerto por la epidemia de cólera que afecta a todo el país. Un dato que no tendría ninguna relación si no se hubiera culpado, precisamente, a estos militares de haber introducido la bacteria en Haití. El viernes, la senadora Edmonde Suplice Beauzile fue la primera en alarmar a la sociedad y pidió una investigación independiente. Según Beauzile, el contingente nepalí ha vertido materias fecales en el río Artibonite, en cuyas aguas se originó la enfermedad que rápidamente, y debido a la falta de higiene, se propagó por toda la isla. Precisamente, ayer se detectó el primer caso de cólera en la vecina República Dominicana, donde un haitiano fue hospitalizado.
Aunque la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) negó las acusaciones, lo cierto es que el lunes por la noche miles de personas armadas se manifestaron en las tres bases militares de Nepal. Los choques «anti ONU» terminaron con unos treinta heridos y dos muertos. Uno de los fallecidos fue confirmado por el portavoz de la Minustah, Vicenzo Pugliese, quien dijo a Efe que una de las muertes se produjo en Qartier Morin cuando «elementos armados» trataron de entrar en el helipuerto de la base militar. «Fue en defensa propia», señaló Pugliese. La otra víctima murió en Cabo Haitiano –la segunda ciudad más grande después de Puerto Príncipe– y fue confirmada por el presidente del Senado, Kelly Bastien, en unas declaraciones recogidas por Ap.
Investigación de la OMS
La OMS declaró ayer que realizará una investigación, pero que en este momento «no es la prioridad; es más urgente salvar vidas». No obstante, las manifestaciones volvieron a propagarse ayer en todo el país. Lucile Grosjean, responsable de comunicación de Acción Contra el Hambre (ACH), confirmó a LA RAZÓN disturbios en Puerto Príncipe y el norte del país. «Hay que entender que los haitianos tienen mucho miedo, hay más de 14.000 afectados por el cólera», explicó. «La situación es muy preocupante en el norte, pero también en la capital hay víctimas». Grosejean reconoció que, además, prácticamente la mitad de la población ha generado cierto odio hacia los «cascos azules» mientras que el resto piensa que sin ellos la seguridad sería imposible. La portavoz confirma que el primer caso sí que se encontró cerca de las bases nepalíes, aunque el detonante fue la falta de higiene en Haití. «Estamos intentando purificar el agua para evitar el contagio», señaló.
Para Jo-Ann Garnier-Lafontant, directora de Políticas, Estrategia y Sensibilización de la ONG PLAN, «la clave es la prevención y no buscar el origen». Aseguró a este diario desde Delmas que el sistema sanitario haitiano es muy vulnerable, «el agua potable en las zonas rurales siempre ha sido un reto. Ahora, con más de un millón de personas viviendo en un campamento que ha sufrido inundaciones por el huracán ‘Tomás', nuestro principal objetivo es proporcionar una infraestructura a los haitianos». «Sin lugar a dudas, el tener unas elecciones tan cerca [el 28 de noviembre] agrava la situación», reconoce. Pese a todo, Garnier-Lafontant no pierde la esperanza: «Estamos aquí para ayudar a la población y cada vez hay más coordinación entre ONG, la ONU y el Gobierno».
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