Roma
Un Gobierno en acción
Se presentó como el Gobierno del cambio y ha bastado medio año frenético para comprobar su determinación por cambiar las cosas y girar 180 grados el rumbo mantenido por la Administración socialista durante siete años. El balance de estos primeros seis meses se antoja complejo en la medida en que los resultados de la acción de gobierno tardarán en ser percibidos por la ciudadanía. El presidente Rajoy fue explícito en este asunto y precisó que, obviamente, todo lleva su tiempo. Pero la vorágine reformista de la Administración del Partido Popular ha sentado unos cimientos sólidos de cambio y regeneración sobre los que la recuperación y la prosperidad llegarán más temprano que tarde. Las reformas estructurales del sector financiero y del mercado de trabajo, las políticas de consolidación fiscal, con el marco de estabilidad presupuestaria, se han puesto en marcha en un tiempo récord. Como los ajustes, dolorosos, pero necesarios, porque nadie dijo que la salida de la crisis sería fácil ni inocua. Mariano Rajoy prometió la verdad. La verdad dentro y fuera de nuestras fronteras, con la convicción de realizar lo que el país necesita. Esa determinación, consistencia y experiencia le han permitido al presidente manejarse con solvencia en negociaciones internacionales de gran presión y no siempre con las cartas más adecuadas. Pero España se ha hecho respetar y en seis meses el crédito y la imagen internacional de nuestro país han recuperado posiciones. La fotografía de la cumbre del crecimiento en Roma habla por sí sola. Es cierto que España arrastra problemas y carencias muy serias, pero también lo es que el Gobierno se ha trazado una ruta, en colaboración con nuestros aliados europeos, que comienza a abrirse camino. La línea de crédito europeo, en condiciones favorables; el programa de estabilidad, con la relajación del objetivo del déficit, y el plan de crecimiento europeo han sido actuaciones positivas. Por cierto, es ridículo que el PSOE hablara de que la «minicumbre» de Roma ha supuesto «el segundo rescate de España» y un triunfo de las políticas socialistas. Sería sencillo recordar cómo Rajoy, junto con Cameron, encabezó ya en febrero un frente en la UE a favor de las políticas de crecimiento, con una carta dirigida a las autoridades comunitarias. El Gobierno no piensa en relajarse ni desacelerar el ritmo de las reformas, sino todo lo contrario. En julio se abordarán la Ley de Transparencia y Buen Gobierno, la reforma de la Administración y las duplicidades, entre otras iniciativas, y en septiembre se harán oficiales los nuevos Presupuestos y habrá novedades en materia de seguridad jurídica y unidad de mercado. Rajoy sabe, además, la trascendencia de ganar la batalla por más y mejor Europa, con compromisos reales y definidos por la unidad bancaria y fiscal. Seis meses después, el cambio es un hecho. Hay un Gobierno que gobierna. Tiene un plan y lo está ejecutando y eso se traduce en seguridad y certidumbre.
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