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La Fe año uno: El nuevo hospital deja atrás meses de reajustes

La zona infantil es una de las más coloristas. Imagen de uno de los amplios pasillos del hospital donde aún se pierde más de uno
La zona infantil es una de las más coloristas. Imagen de uno de los amplios pasillos del hospital donde aún se pierde más de unolarazon

VALENCIA- Pacientes que piden retrasar el alta médica, acompañantes encantados con el sofá, personal que se pierde por los pasillos... Un año de vida y el nuevo hospital La Fe de Valencia ya tiene material suficiente para escribir su anecdotario.

Para Lola Hernández, jefa del Servicio de Alergias, y Amparo Bou, supervisora del de Enfermería, el cambio al barrio de Malilla «ha sido para bien». No sólo destacan la mejora en infraestructuras sanitarias, sino en la calidad de vida de los que allí trabajan.
Pasaron del «zulo hospitalario» de Campanar a un edificio inundado por la luz. «Es una maravilla ver llover», exclama entusiasmada la enfermera. Y es que en el antiguo hospital se veían obligadas a preguntar a los que venían de la calle si era de día o de noche. «No teníamos ni idea».

Ahora es distinto. Las amplias ventanas les proporcionan unas vistas magníficas, tanto que, dicen, es posible ver una «mascletà» en época fallera.

«Como en casa»
Pero sin lugar a dudas la mejora más valorada, especialmente por los pacientes, es la relativa a las habitaciones, todas ellas individuales. «Si es que los sofás para los acompañantes son tan cómodos que más de una vez hemos pasada consulta al enfermo y nos hemos encontrado al familiar durmiendo a pierna suelta y roncando. Como en casa, vamos», cuenta entre risas la doctora Hernández.

Con el traslado de las primeras consultas externas del edificio de Campanar a las nuevas instalaciones de Bulevar Sur, la Fe cumplió días atrás su primer año de vida. Doce meses en los que ha registrado más de 370.000 visitas.

Este departamento comenzó con un 25 por ciento de su actividad habitual hasta alcanzar el cien por ciento de la agenda normal en apenas un mes. Unos 140 profesionales, tanto del equipo médico y de enfermería como de gestión, informática, información, administración, atención al paciente o trabajo social se desplazaron a Malilla para atender a los pacientes en esos primeros días. De este modo se ponía en marcha la, hasta la fecha, mayor operación logística del ámbito sanitario llevada a cabo en España.

Pero eso no fue lo más duro, recuerda la alergóloga. El hospital echó a andar en una semana, «la mudanza fue lo de menos». El esfuerzo importante ha sido el que han tenido que hacer los profesionales durante este último año, sobre todo en cuanto a la adaptación a los nuevos sistemas informáticos. «Cada mes hemos sufrido un nuevo ‘invento', pero siempre ha sido para mejorar».

En la parte de las quejas, Hernández admite el retraso en la adaptación del mapa sanitario, ya que la población a la que atienden suele proceder del barrio de Campanar. «Muchos llegan tarde, o tienen problemas de aparcamiento, pero se está solucionando poco a poco». Con todo, se reconoce orgullosa. «A los que protestan por el traslado, que les digan de volver, a ver si quieren».

Porque el nuevo es más grande, de hecho admite que existen partes del centro que aún no conoce, «pero es más sencillo, porque está distribuido por cuadras». Sin embargo, la desorientación era habitual las primeras semanas. «Salíamos del ascensor e íbamos en dirección contraria, pero al final nos acostumbramos». Una apreciación con la que coincide Amparo Bou. «Sin duda hemos salido ganando».