Aborto

El truco de los ansiolíticos

«No me siento capacitado para trabajar». Esta frase, paralizó los cielos españoles el viernes. ¿Cómo es posible que un controlador pueda alegar enfermedad en cualquier momento y, de inmediato, ausentarse de su puesto de trabajo? Otro trabajador también podría hacerlo, pero tendría que pasar por su médico de familia y, en su caso, por un inspector de la Seguridad Social, para ser evaluado y obtener la baja laboral. Pero parece que con los controladores el procedimiento es fulminante.

Los médicos aeronáuticos recibieron en verano una circular de Fomento para que le remitieran todos los casos de depresión o ansiedad entre los controladores. En la imagen, César Cabo, portavoz de USCA
Los médicos aeronáuticos recibieron en verano una circular de Fomento para que le remitieran todos los casos de depresión o ansiedad entre los controladores. En la imagen, César Cabo, portavoz de USCAlarazon

La «trampa» está en la legislación. Los controladores que abandonaron sus puestos de trabajo se acogieron al artículo 34.4 de la Ley de Seguridad Aérea de 2003, que les obliga a abstenerse de realizar sus funciones «en caso de disminución de la capacidad física o psíquica requerida», como reconoció ayer una portavoz. Se trata de un último recurso del colectivo después de que Fomento haya intentado minimizar las posibilidades de fraude médico. El doctor Jesús Nava, de La Coruña, es uno de los cerca de 80 médicos examinadores aéreos de España y, como el resto de sus compañeros, recibió una circular del Ministerio en julio, cuando ya se vislumbraba el boicot.

Examen psiquiátrico

«Nos comunicaban el procedimiento que debíamos seguir cuando algún controlador adujera cambios en su salud, como una crisis de ansiedad que, en su opinión, le impidiera cumplir con sus funciones». Consistía en derivar el caso a la Sección de Medicina Aeronáutica (AMS, por sus siglas en inglés), dependiente de Fomento, que a su vez contactaría con el controlador y le daría cita para un examen psiquiátrico.

«Pero, mientras tanto, la normativa nos obliga a declarar ‘‘no apto'' para sus funciones a cualquier controlador que declare estar tomando una medicación como ansiolíticos», explica. «Quizá un médico de la Seguridad Social no le daría la baja, pero nosotros no podemos dejarle trabajar».

En efecto, la normativa NJAR-FCL 3, que regula las licencias, señala que los titulares de certificados médicos no deben tomar «ningún tipo de medicamento prescrito o no prescrito» a menos que estén «completamente seguros de que no va a influir de manera adversa en su capacidad». En caso contrario deben consultar a un médico aeronáutico, como el propio Nava. Este especialista señala que, ante esta normativa, «que está pensada para otorgar los permisos de manera estricta, no para que los controladores paralicen el país», los médicos privados tienen las manos atadas y, aunque sospechen que el paciente finge, sólo pueden derivarlo a la AMS.


«El 30% queremos dejar nuestro puesto»
Es una de las controladoras del Centro de Control de Madrid Barajas y ayer, a las tres de la tarde, volvió a trabajar por «las amenazas de Fomento», explica por teléfono desde su puesto de trabajo. Durante los próximos quince días «vamos a permaner muy quietos, pero la mayoría llevamos tiempo buscando otro empleo», añade. Se sienten muy presionados por la privatización de AENA y «alrededor de un 30% hemos pedido la resolución de nuestro contrato, pero la empresa no nos deja irnos. Han retenido nuestras licencias, pero vamos a seguir en pie de guerra».