Esperanza Aguirre
Devoción y frío en el día de la Virgen de la Almudena
El frío y ventoso día que amaneció ayer no impidió que miles de fieles acudieran a homenajear a la patrona de los madrileños, Santa María la Real de la Almudena, desde primera hora de la mañana
La ofrenda floral, que se abrió el lunes al público, ya estaba casi llena antes del inicio de la Misa Solemne, pese a que este año se aumentó su tamaño a 140 metros cuadrados. Con todo, aún se reservó un espacio para que, por la tarde, todas las niñas llamadas Almudena pudieran dejar flores a la Virgen que las nombra.
A las once de la mañana, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ofició la celebración que tuvo lugar como cada año en la Plaza Mayor y a la que asistieron el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón y la presidenta regional, Esperanza Aguirre, entre otros.
Durante la renovación del Voto de la Villa, Gallardón pidió la ayuda de la Virgen para «superar los retos que acompañan los difíciles momentos que se viven». «Esta ciudad confía en que alimentes cada día nuestra ilusión por el futuro, en que nos prestes fuerza para construir un mañana mejor, en que nos permitas hacer fructífero el esfuerzo de cada uno de los hombres y mujeres que la integran», añadió.
Miles de personas asistieron a la Misa Solemne, para la que se instalaron 5.000 asientos y se previó comunión para 10.000 personas, que se celebró durante más de una hora sin que la lluvia hiciese acto de presencia, pese a que el pronóstico era adverso. De hecho, el tiempo respetó también la procesión de la Almudena, que partió de la Plaza Mayor al término del oficio religioso para recorrer diversas calles del centro de Madrid.
Este año, el itinerario se modificó debido a las obras en la plaza de Ópera de modo que el paso de la Virgen se desvió por la travesía de Arenal para llegar a la calle Bailén por la calle Mayor, en lugar de continuar hasta la plaza de Isabel II. Con todo, esta modificación del itinerario vino acompañada por una ampliación del espacio habilitado para el público que siguió la procesión que, este año, aumentó el número de congregaciones que participan.
Santa María la Real de la Almudena estuvo acompañada este año en su recorrido hasta la explanada de la Catedral consagrada a su nombre por diferentes grupos tradicionales y casas regionales con indumentarias típicas, asociaciones y congregaciones, seminaristas y sacerdotes. La banda de la Policía Municipal fue la encargada de poner música al desfile.
Dulce celebración
Además de las celebraciones religiosas en honor a su patrona, muchos madrileños disfrutaron del dulce típico de esta festividad que se elabora en las pastelerías. Se trata de la Corona de la Almudena, un rosco relleno de crema de chocolate y crema blanca, adornado con trozos de almendras, granillos de chocolate y algunas rosetas con guindas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar