Lenguaje

La revolución del «lenguaje móvil»

El lenguaje de los móviles ha provocado una revolución en el idioma de la que se está derivando un cambio en el proceso de alfabetización de los más jóvenes (a partir de los 12 años), ya que éstos son los que más utilizan este servicio.

El tamaño del medio condiciona la ortografía
El tamaño del medio condiciona la ortografíalarazon

 La cuestión estriba en determinar si la tecnología condiciona o empobrece el lenguaje de los usuarios o si, por el contrario, los nuevos diseños facilitan la forma en que nos comunicamos.
La pregunta que nos planteamos todos los estudiosos de estos fenómenos es: ¿cómo afectará este automatismo de escritura a la norma culta del español? Es decir, ¿cómo va a ser la relación entre ambos modos de escritura, la que procede del sistema SMS y la escritura correcta avalada por la normativa de nuestra lengua?

No podemos dejar de reconocer que puede afectar a los aprendizajes adquiridos de unas normas de escritura, expresión y reglas básicas de la comunicación escrita, dado el uso continuado de un lenguaje generado con un doble fin: comunicar más en menos tiempo y con el menor coste económico.

Cuestión de tamaño
La limitación del tamaño de los mensajes ha contribuido a que las personas usuarias del servicio SMS hayan desarrollado una nueva ortografía que entra en conflicto con la auspiciada por la RAE en 1999 y, a buen seguro, con la que está a punto de aparecer.

Veamos algunos aspectos de esta «Neografía»: eliminación de los grafemas vocálicos, de la letra «h» y del primer signo de interrogación y de exclamación: ola!, qdms?; supresión de acentos (el inglés carece de ellos) y de la letra «ñ»; ausencia llamativa de signos de puntuación; uso reiterado del signo de admiración para dar un marcado carácter exclamativo al mensaje: vn pronto!!!!!!!; las mayúsculas sustituyen los gritos: KMO K NO?; reiteración de grafemas para reflejar en la escritura la duración que tendría en la oralidad la unidad léxica de la que forman parte: holaaaaaaaaaaaa; inclusión de onomatopeyas: snif, jajaja (esta es la estrella en «Tuenti»); representaciones peculiares de preposiciones: x (por), xa (para); conjunciones: xq (porque), k (que); la sílabas «gu» y «bu» por w (wapa/ wenas); el dígrafo «ch» por x (nxes) o por sh (musho); combinaciones curiosas: SALUDos (fórmula de despedida en la que se saluda y desea salud); letras y números (es3) o letras y símbolos matemáticos (mda =).

En los mensajes SMS se produce una sugerente combinación entre los rasgos escritos (el texto) y las modalidades entonativa y gestual. Las reducidas dimensiones de la pantalla y del teclado y la limitación de 160 caracteres por mensaje explican, en parte, el nacimiento y desarrollo de una forma de lenguaje más abreviada incluso que la que se utiliza en los chat, aunque compartan el uso de determinadas abreviaturas, el empleo de emoticones y otras creaciones léxicas.

Como anunciaron Cotton y Garret, «lo mejor está por venir, todavía no hemos visto nada».
Quienes pensaron que la aparición de la telefonía móvil iba a acabar con la escritura, no acertaron en sus predicciones: hoy se escribe muchísimo más que antes, aunque no guste a todos esta «Neografía».