África

Libia

Gadafi avanza pese al ataque aliado

El dictador toma el puerto petrolero de Misrata y resiste en el este. Los rebeldes llevan tres días estancados a las puertas de Ajdabiya

Una familia libia abandona el conflicto a través de la carretera que une Ajdabiya y Bengasi
Una familia libia abandona el conflicto a través de la carretera que une Ajdabiya y Bengasilarazon

El parte de guerra libio parece el mismo en los últimos tres días, en los que las principales batallas del país se han estancado y amenazan con convertirse en una pesadilla, para los rebeldes y los aliados. Sus operaciones no han conseguido detener a Gadafi, que desafía a la comunidad internacional con renovada crueldad y desfachatez: sus tropas se concentran ahora en no perder la ciudad de Misrata, empleando toda su fuerza y a pesar de los ataques aliados contra él. Cazas franceses, encargados de la vigilancia diurna del espacio aéreo, han destruido un avión de Gadafi en el aeropuerto de Misrata, para evitar que éste pudiera bombardear la ciudad o, al menos, intentarlo, rompiendo así la zona de exclusión aérea.

Después de dos semanas de asedio por tierra y tras la petición del Gobierno rebelde de que se brindara ayuda a Misrata desde el mar, los hombres de Gadafi han bloqueado el puerto de la localidad costera, pero los rebeldes seguirían controlándolo, según aseguró a LA RAZÓN Mohamed Meghirby, un portavoz de las autoridades opositoras.

El régimen trata de asfixiar la ciudad, donde no hay agua ni luz y empiezan a escasear todo tipo de suministros, especialmente los médicos, y donde han muerto más de 100 personas sólo en la última semana. Misrata es importante para el coronel porque se encuentra a medio camino entre la capital y Sirte, sus dos bastiones, que quedarían incomunicados si los rebeldes mantienen finalmente el control de la tercera ciudad de Libia. Desde allí podrían atacar Sirte desde el oeste, mientras sus compañeros lo harían desde el este, si consiguen romper las líneas defensivas de Gadafi en Ajdabiya. Esta posibilidad se presenta remota ahora, cuando el frente del este lleva tres días estancado, sin que los revolucionarios consigan penetrar en Ajdabiya.

Los hombres de Gadafi siguen controlando la ciudad, pero habría algunos de ellos dispuestos a negociar su rendición, según aseguró Ahmed Beny, portavoz del ejército rebelde, compuesto por militares desertores y combatientes voluntarios. La situación en Ajdabiya empieza a ser desesperante para muchos, pero los rebeldes se estarían preparando para una gran ofensiva hoy, según revelaron fuentes de su organización a este diario. La guerra se libra también en otras localidades más pequeñas y remotas, como el bastión de la tribu de Gadafi, Sabha, en el desierto, que fue objetivo de los bombardeos internacionales durante la madrugada y la mañana de ayer.

Por su parte, Beny pidió a los aliados que bombardeen Kufrah, en el desierto al sur de Bengasi, donde, según el coronel desertor, Gadafi estaría reuniendo a mercenarios de Chad para combatir en las filas del régimen. Éste sigue atacando indiscriminada y brutalmente a la población, a la vez que acusa a los aliados de provocar víctimas civiles con sus bombardeos.


Purga de gadafistas en el bastión rebelde
Bengasi se prepara para eliminar a los gadafistas que aún permanecen en la ciudad. La «quinta columna» de Gadafi sembró el terror durante unos días, pero los rebeldes ya se han organizado para garantizar la seguridad. Frente a los denominados «comités revolucionarios» de Gadafi, han surgido los comités populares, que vigilan las calles de Bengasi. Taufik Fallah es el encargado del comité del barrio de Al Adayek, formado por 80 personas. En un hangar donde Gadafi custodiaba sus coches de lujo han establecido su cuartel general: reciben información de posibles elementos sospechosos, los investigan y los buscan en sus escondites, para entregarlos a las autoridades revolucionarias.