Rumanía

Antonio Cortés: «Le canté al Cristo y se produjo el milagro»

Profesión: cantante.Nació: en 1988, en Bucarest.Por qué está aquí: ha sacado su primer disco, «Lo que a mí me está pasando» (Warner), y es la nueva promesa de la copla.

 
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–«Lo que a mí me está pasando». ¿A qué sabe el primer disco?
–Es como tener un hijo. Me sabe a principio de vida... artística.

–Un niño nacido en Rumanía hace 22 años se convierte en la gran promesa de la copla. ¿Diría que es un milagro?
–En todo caso lo mío sería un milagro muy trabajado. Yo creo en los milagros del trabajo, creo que el amor y la voluntad hacen milagros.

–Lo digo porque todo empezó cuando a los 15 años le cantó una saeta al Cristo de su cofradía desde el balcón de la casa de su abuela en Nerja...
–Sí, todo surgió de ahí. Se puede decir que le canté al Cristo y se produjo el milagro. O la suerte, que a veces nos parece un milagro.

–Le adoptaron cuando tenía dos años. ¿Algún problema?
–Ninguno. Ningún trauma. Tuve una infancia feliz y soy un hombre feliz.

–Juguemos con los títulos de las canciones. «Romance de valentía». ¿Va por Zapatero?
–Ja, ja, ja. Bueno, un poco de valentía sí que le convendría al hombre.

–¿Usted es valiente?
–Muy valiente. Me gusta arriesgar. Quien no arriesga no vive.

–«Carcelero, carcelero». ¿A quién metería en la trena?
–A los que nos han llevado a esta crisis.

–«No me tires indirectas». ¿Quién le tira indirectas?
–Los políticos tiran muchas a ver si cuelan. Yo prefiero las directas: me gusta que me digan las cosas a la cara y muy claritas.

–«Con los bracitos en cruz». Suena a castigo de colegio...
–A mí me daban tirones de orejas. Creía que me iban a crecer como a Dumbo, pero no, las tengo normales. Era muy travieso.

–«Agárrate a mí, María». ¿A quién se agarra usted?
–A la familia y a mis creencias religiosas. Soy muy creyente.

–«Herido de muerte». ¿Qué le hiere más?
–La falsedad. Hay muchos besos de Judas. También me hiere mucho el desprecio, que no me quieran.

–«No puedo vivir sin ti». ¿Sin qué no puede vivir?
–Sin mi madre, sin mi pueblo, sin salud.

–«Corazón loco». ¿Qué le enloquece?
–El chocolate, la Semana Santa, internet. No puedo vivir sin internet.

–«Padre». ¿Quiere ser padre, padre cura, armar el lío padre...?
–Quiero ser padre y armar el lío padre, claro. Quiero ser famoso. ¿Quién no quiere ser famoso? La popularidad es poder.

–«Algo debo haber hecho mal para ser tan famoso» (R. L. Stevenson)