Estados Unidos
La independencia de Sudán del Sur recibe un respaldo masivo
Miles de personas celebran desde el domingo en Juba, la capital del Sur de Sudán, la publicación de los resultados oficiales del referéndum de autodeterminación: el 98,83% de los votantes ha apoyado la secesión.
«Esto es lo que hemos votado, para que la gente pueda ser libre en su propio país (...). Os felicito un millón de veces», proclamaba un eufórico Salva Kiir, presidente de la, hasta ahora, región autónoma del Sur de Sudán. Kiir es, también, el líder del antiguo grupo rebelde del Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán, que mantuvo una guerra de dos décadas contra los árabes del norte.
Mientras miles de sus seguidores jaleaban, bailaban y ululaban, Kiir tuvo unas palabras de agradecimiento para el presidente sudanés, Omar Hasan al Bashir, artífice de los acuerdos de paz, pero también reclamado por el Tribunal Penal Internacional por delitos contra la Humanidad. «Omar al Bashir asumió la difícil decisión de traer la paz. Al Bashir es un campeón y debemos estar a su lado», afirmaba Kiir en una mezcla de inglés y dialecto árabe.
Sin embargo, los acuerdos establecen que la independencia no se declarará oficialmente hasta el 9 de julio, para permitir la presentación de recursos de impugnación contra estos resultados. Además, queda pendiente la demarcación de las fronteras finales y, sobre todo, el destino de la región de Abyei, disputada por ambas partes y que alberga grandes reservas de petróleo.
Rápidamente, Sudán ha pedido a Estados Unidos que levante las sanciones que pesan contra el país. Washington había ofrecido a Jartum una «hoja de ruta» hacia el restablecimiento de las relaciones si permitía que el referéndum en el Sur transcurriera de forma pacífica y hacía progresos en el conflicto en la región de Darfur, en el oeste del país. Aunque Washington ha elogiado a Sudán por el plebiscito, algunos responsables se han mostrado preocupados por la situación en Darfur.
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