San Francisco
Los cristianos paquistaníes evitan la violencia islamista
La posibilidad de que se produzcan enfrentamientos con islamistas radicales ha llevado a los representantes de la comunidad cristiana en Pakistán a retrasar las manifestaciones convocadas para hoy en varias ciudades en las que se iba a pedir la retirada de la Ley contra la Blasfemia.
Las organizaciones cristianas adoptaron esa decisión porque, de hecho, varios partidos islamistas ya habían convocado contramanifestaciones contra cualquier intento de modificar la polémica ley por la que Asia Bibi fue condenada a muerte y actualmente sigue encarcelada a la espera de que el Gobierno tome una decisión sobre un posible indulto.
Pero más allá del temor a los enfrentamientos, ha sido el respeto lo que ha movido a los líderes de la comunidad cristiana a desconvocar las marchas. «siempre hemos expresado nuestro respeto por el mes de Muharram (el primero del calendario islámico)», dijo ayer Samuel Azariah, presidente de la Iglesia Protestante de Pakistán.
La propuesta para desconvocar las marchas se produjo durante el fórum titulado «Navidades y el estado de los cristianos en Pakistán», celebrado recientemente en Lahore, según informa la agencia Asia News.
El retraso de las manifestación de hoy, y también el de la prevista para el día 31 de diciembre, no supone, sin embargo, que los cristianos arrojen la toalla en su lucha por conseguir que se derogue la Ley contra la Blasfemia. Un grupo de obispos católicos y pastores protestantes han elaborado una propuesta para que los falsos acusadores sean condenados cuando se pruebe que los acusados son inocentes. Y para apuntalar su petición aportan un dato importante: en los últimos años, ninguno de los 180 acusados por presunta blasfemia ha sido encontrado culpable de tal delito.
El obispo de Multan, Andrew Francis, también presidente de la Comisión para el Diálogo y el Ecumenismo, afirmó ayer que «estas Navidades llegan en un momento en el que el debate sobre la Ley contra la Blasfemia está causando serios problemas a la comunidad cristiana», que se preparan, no obstante, como todos los años a celebrar la Navidad de acuerdo a sus tradiciones.
Sin embargo, nadie descarta que puedan producirse actos de violencia. Y algunas comunidades se preparan para evitarlos. Como la parroquia del hermano Morris Jalal, San Francisco Javier, que tiene contratados a varios agentes de seguridad privados para prevenir posibles ataques contra esta comunidad, que puede llegar a reunir hasta 1.500 fieles en la Misa del Gallo.
Cerca de dos millones de cristianos viven en Pakistán, el sexto país más poblado del mundo con 170 millones de habitantes. Son algo más del 1% de la población en un país oficialmente islámico y, lo que es peor, con una bajísima tasa de escolarización. Una deficiencia que los radicales cubren a cambio de reclutar a muchos jóvenes estudiantes para su causa.
La red reacciona en favor de Bibi
La campaña para salvar a la cristiana condenada a muerte también se ha hecho eco en internet y en las redes sociales. Páginas de Facebook contra su ejecución, cientos de «tweeds» o mensajes en la red Twitter, y miles de comentarios, análisis y reflexiones en diversos blogs de actualidad apoyan a Asia Bibi desde un lugar tan lejano a la cárcel de Sheikhupura como es la red de redes. Aunque la situación de esta madre condenada a muerte por presunta blasfemia no ha sido tan seguida por los cibernautas (ni por los medios), como la de la iraní Sakineh Ashtiani, la red se ha volcado también con ella. El diario LA RAZÓN y Hazteoir llevaron a cabo una recogida de firmas en línea para salvar a esta mujer, que se entregaron finalmente a la Embajada de Pakistán en Madrid.
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