Extremadura
Cuarteles fantasma en la capital
Lo primero que uno se pregunta al adentrarse en los cuarteles abandonados de Campamento es por qué no está lleno de «sin techo» o por qué no lo han «okupado» grupos «anti sistema» o familias rumano-gitanas. El estado de las naves en las que un día hubo vida militar darían mil vueltas en la calidad de vida de quienes hoy levantan chabolas en el extrarradio o duermen al raso en cualquier parque de Madrid.
La respuesta está muy cerca (justo enfrente), al otro lado de la A-5, donde sí hay vida militar (Ejército de Tierra) y un par de kilómetros más adelante por la carretera de Extremadura, donde está el aeródromo de Cuatro Vientos (Ejército del Aire). Las rondas de vigilancia en estos cuarteles «fantasma» hacen que nadie logre instalarse de forma permanente, aunque sí hay evidencias de que por allí han alternado más de una vez indigentes, toxicómanos, prostitutas o parejas de enamorados y «graffiteros». El acceso resulta demasiado sencillo como para resistirse a «echar un ojo». En el interior de las naves es, cuando menos curiosa, la extraña convivencia de restos de vida tan opuestos. Papel de plata para el consumo de droga, botellas de alcohol rotas y hasta algún contenedor de basura comparten suelo con manuales de mecánica militar en inglés, calcetines del Ejército, calendarios con solera y pósters de chicas empapelando la pared. Sobre toda esta superficie, en un futuro cada vez más cercano, se levantarán viviendas de protección y libres en el marco de la «operación Campamento». Sin embargo, la larga espera hace que muchos critiquen el lamentable estado de abandono de tantos kilómetros cuadrados en la capital.
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