Fuerzas Armadas
Guardias civiles se manifiestan al grito de «Zapatero y Rubalcaba dimisión»
El frente abierto entre el Ministerio del Interior y la Guardia Civil parece no tener fin. Bajo el grito de «Ya no tenemos miedo» y «no somos esclavos», miles de agentes se manifestaron ayer frente a la Dirección General del Cuerpo en la lucha por sus mejoras laborales, después de que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Madrid revocara la decisión de la Delegación del Gobierno de prohibir la marcha. Dos fueron las demandas principales de los guardias civiles: la equiparación de su jornada laboral a la de los policías y una reforma de la Ley de Personal que integre las dos escalas de oficiales. La protesta contó con más de quince mil civiles, según los convocantes de la marcha, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y la Unión de Oficiales (UO), arropados por los líderes de Izquierda Unida, UGT y CC OO
Al medio día, con los agentes portando tricornios de plástico y con familiares «disfrazados» de guardias civiles, arrancaba la protesta contra la política del Ejecutivo. Lo hacían entre gritos y abucheos, y con enormes pancartas que no dejaban dudas sobre a quienes iban dirigidas las críticas y reivindicaciones: «Basta ya de abusos con los guardias civiles», «PSOE cumple tus promesas» o «Rubalcaba, perdiste la batalla». Según avanzaba el recorrido, las quejas se hacían aún más duras y los miles de agentes cambiaron sus consignas por otras aún más evidentes: «¡Zapatero, dimisión!» y «Rubalcaba, dimisión». La manifestación fue liderada también por representantes de sindicatos de la Policía, los Mossos d'Esquadra y la Ertzaintza, además del coordinador general de IU, Cayo Lara, que pidió que ya que no pueden hacer huelga el próximo 29, se sumen a ella «con el corazón» para «parar la ofensiva contra la clase trabajadora».
El detonante, los discursos
Al final de la protesta de los «picoletos» se produjo uno de los momentos de mayor tensión. Los sindicatos, que tan poco eco se han hecho en los momentos más importantes de la crisis , pretendieron sumarse un punto por la vía rápida mediante discursos de apoyo a los guardias civiles, pero sin prever que serían abucheados nada más incorporarse. El primero en llegar a este punto fue Toxo, que al ir a situarse tras la pancarta de la marcha fue recibido con gritos de «fuera, fuera» y «hasta ahora dónde estabas», al igual que Méndez, que tampoco se libró del varapalo. Tras la manifestación, el Ministerio del Interior emitió un comunicado en el que reitera su voluntad de «seguir mejorando» las condiciones laborales.
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