Sevilla

El alcalde pide a las cajas que mantengan su «espíritu» social

El 94% de los niños atendidos se encuentra en situación de pobreza y con un elevado riesgo de exclusión social.

Monteseirín alabó la excelente labor social de las cajas, que ayudan a sostener a muchas familias trabajando con ONG y asociaciones
Monteseirín alabó la excelente labor social de las cajas, que ayudan a sostener a muchas familias trabajando con ONG y asociacioneslarazon

SEVILLA- La pobreza se hereda. Romper ese círculo para ofrecer a los niños más necesitados las mismas oportunidades que al resto es el objetivo del programa «CaixaProinfancia», que desde hace cuatro años trabaja con menores de hasta 16 en riesgo de exclusión. En Sevilla, el 94% de los 12.856 niños atendidos desde 2007 se encontraban además inmersos en la pobreza, una situación que el 5% ha logrado paliar gracias a la iniciativa de la caja catalana.

Ése es el dato más relevante extraído del estudio realizado por la Fundación Foessa sobre el impacto del proyecto en las familias beneficiadas en el área metropolitana de la capital, una de las diez más pobladas de España. El perfil medio es el de una familia numerosa, con un sustentador principal de entre 30 y 44 años en el paro y con estudios básicos. Un tercio de los hogares son monoparentales y el 94 conjugan la peligrosa ecuación pobreza y exclusión social. Este «cóctel», según Raúl Flores, director de estudios del equipo de investigación sociológica de la Foessa, sitúa a los niños a las puertas de la marginación.

Tanto el director territorial Sur de la entidad, Juan Reguera, como el director del área de Integración Social de la Fundación La Caixa, Marc Simón, destacaron la importancia de una acción en la que se han invertido 12 millones de euros y que se desarrolla estrechamente con asociaciones como Cáritas o Save the children. «El proyecto nació para tres años, pero ahora mismo no tiene horizonte», admitió Simón.

El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, quiso respaldar con su presencia la «labor fundamental» de la entidad financiera, y de las cajas de ahorros en general, contribuyendo a mejorar los servicios sociales ofrecidos por la Administración. Por ello, solicitó a Reguera que ese «espíritu, que sólo va a quedar en las fundaciones» se mantenga «para seguir avanzando y ofrecer salidas a esas personas con dificultades».