Educación
Música para evitar el gueto escolar
Cataluña imita el modelo de las «Magnet Schools» estadounidenses en las escuelas Tándem, centros especializados para poner fin a la segregación
BARCELONA– Cada año, en Chicago, unas 10.000 familias intentan que uno de sus hijos consiga plaza en un instituto que apenas ofrece 450 vacantes. No es un centro privado. Se trata de un instituto público, el Whitney M. Young, uno de los mejores centros de todo EE UU. En él se graduaron astronautas de la Nsa o la mismísima primera dama, Michelle Obama. El instituto se inauguró en 1975 en un espacio que pocos años antes ardió durante los disturbios por el asesinato de Martin Luther King. Un enclave emblemático para iniciar la carrera de éxito de las denominadas «Magnet Schools», o colegios imanes, centros de titularidad pública cuyo objetivo era «atraer» a estudiantes de otras zonas de la ciudad para evitar el gueto escolar y la separación entre negros y blancos. ¿Cómo lograrlo? Con un programa académico atractivo, especializado en algún tipo de materia y con el objetivo de la excelencia educativa.
La implantación en Cataluña
Casi tres décadas más tarde, Cataluña ha decidido crear su propio modelo y ha auspiciado la iniciativa de las escuelas Tándem. Desde el pasado mes de septiembre, dos colegios de Barcelona (Poblenou y Mossen Jacint Verdaguer, con la participación del Escuela Superior de Música de Cataluña (Esmuc) y el Conservatorio Municipal de Música de Barcelona, respectivamente) han incluido la música como eje transversal de todas las materias. Los alumnos siguen aprendiendo como en el resto de centros pero se especializan en una nueva materia que da un valor añadido al centro.
El principal objetivo es evitar la segregación escolar. Tanto en Poblenou como en Poble Sec, donde están estos dos colegios, el índice de inmigración es elevado y alcanza a casi el 50 por ciento de los alumnos. Desde que funciona el programa, tanto docentes como directores aseguran que el clima escolar «ha mejorado sensiblemente». Ahora, en lugar del timbre que normalmente suena para anunciar que empiezan las clases, los escolares del colegio Poblenou escuchan una canción. La fiesta de Navidad del Jacint Verdaguer, por ejemplo, contó con la participación de los músicos del Conservatorio de Barcelona. Pequeños gestos que marcan el cambio.
El proyecto supone una inversión de 90.000 euros a tres años para cada centro. El programa, que está financiado por la Fundación CatalunyaCaixa, cuenta con la colaboración de la conselleria de Enseñanza. «El objetivo es asesorar a los centros durante los tres primeros años: los docentes reciben la formación adecuada, contratamos a profesores especialistas –conservatorio, etc.– y suministramos los materiales necesarios –instrumentos musicales, material audiovisual o científico, según el caso–. En teoría, después de ese periodo de prueba, el centro está capacitado para autogestionar su proyecto», explica Salvador García, director del área de conocimiento y educación de la Fundación CatalunyaCaixa y uno de los artífices de las escuelas Tándem.
El reto:ampliar la red de escuelas
Convencidos de que las escuelas Tándem son una experiencia de éxito, la voluntad de los impulsores es seguir creciendo a un ritmo de dos escuelas más cada año. A partir de septiembre, el centro Apel·les Mestres de L'Hospitalet de Llobregat se especializará en ciencias con el asesoramiento del Parc Científic de Barcelona, mientras que la escuela Lauboré del Raval contará con el apoyo de la Escola de Músics y la Fundació Tot Raval. Tanto en el municipio de L'Hospitalet como en el barrio del Raval, los índices de inmigración son muy elevados (superan el 20 por ciento). De ahí que el proyecto haya decidido extender sus tentáculos en estas zonas. La idea es seguir ampliándolo a zonas con estas características.
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