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El derbi de la concordia

Tres años después de su último duelo, Betis y Sevilla se reencuentran en un partido versallesco e igualado

El derbi de la concordia
El derbi de la concordialarazon

Sevilla- Ni está ya, por suerte e intercesión de una jueza, Manuel Ruiz de Lopera ni José María del Nido, apaciguado por los más de siete años de cárcel que se ciernen sobre él, es sombra del huracán lenguaraz que fue, felizmente. Es decir, que la Justicia ha sido decisiva para que las vísperas del Betis-Sevilla de esta noche, el primer derbi sevillano desde febrero de 2009, hayan sido de lo más apacible. Los presidentes se han retratado juntos con el alcalde, los entrenadores departieron anoche hasta las dos de la mañana, las plantillas se han intercambiado elogios... lo (casi) nunca visto por estos pagos.

El protocolo marca que ambas escuadras huyan del favoritismo en ocasiones como ésta pero hoy, y sin que sirva de precedente, será sincero quien se debata en la incertidumbre. Porque el Sevilla, según afirmó ayer Pepe Mel, «debe ser el favorito porque a principios de temporada tenía objetivos mayores», pero el Betis, a decir de Marcelino García Toral, «viene de lograr victorias contra equipos importantes, de dar una buena imagen en Barcelona y además juega en casa». La realidad clasificatoria marca que el ascendente cuadro local y el declinante conjunto visitante están sólo separados por tres puntos. O sea, que ni el más recalcitrante de los hinchas se atreve con un pronóstico.

El Betis tiene problemas en defensa, no en vano ayer anunció el fichaje del central brasileño Paulao (Saint-Étienne). Para esta noche, sólo tiene disponibles a Dorado y Ustaritz, aunque el vasco no cuenta para Mel, que retrasará la posición de Cañas. Además, Nacho será duda hasta última hora. Con semejante panorama en las líneas traseras, los verdiblancos están obligados a atacar y no sólo por ser fieles a su estilo. Es que todo balón que merodee el área de Casto constituirá un peligro letal.

Para el Sevilla, la obsesión es la falta de puntería en los últimos encuentros, problema que no ayudarán a resolver las bajas de Kanouté y Manu del Moral, dos de los tres delanteros del plantel, así como las de Perotti y Armenteros, los dos extremos zurdos. Marcelino tendrá como soluciones en el banquillo a dos chavales del filial, Luis Alberto y un japonés llamado Hiroshi que aún no ha debutado en categoría profesional. Muy poca pólvora para poner en jaque al eterno rival a no ser que Negredo despierte.