Comunidad de Madrid
Discapacitados con atención «cinco estrellas»
Los pacientes demandan centros con acceso a todos sus tratamientos, como fisioterapia o logopedia, entre otros
De repente, todo se nubla y cuando despierta el paciente se encuentra tendido en una cama en un hospital y con medio cuerpo paralizado. Un infarto cerebral ha dejado huella tras su paso. Manuel ya no será el mismo, ni él ni su familia sabe lo que le espera. Tras un mes ingresado le dan el alta, llega la rehabilitación en la Seguridad Social, pero en poco tiempo, sostienen que ya no pueden hacer más por él y ha de dejar las sesiones. Pero él todavía no camina con normalidad y apenas habla, y el futuro que se presenta negro le rompe el alma.
Como Manuel hay muchos casos que no se «curan» en la sanidad pública y han de acudir a las asociaciones de pacientes en busca de ayuda y asesoramiento. Antonio Izquierdo, paciente y hoy presidente de la Asociación de Disminuidos Físicos de Móstoles (Adisfim), explica que «me acerqué a la entidad en busca de ayuda ya que tras el problema que tuve no llegué a recuperarme del todo en las sesiones en la Seguridad Social y aquí pude seguir con el tratamiento». Ahora, como máximo responsable de Adisfim, continúa un proyecto que tan sólo busca dar la mayor cobertura a los pacientes en su recuperación, ya que los socios-pacientes disponen de múltiples servicios como fisioterapia, logopedia, psicología, trabajo social...
«Atendemos cualquier tipo de discapacidad, sobre todo neurológica y tanto a adultos como a niños. Para la gente es muy cómodo que reunamos todos estos servicios en un mismo sitio. No todas las asociaciones cuentan con ello y ello es un "plus"de calidad», apunta Esther Ibáñez, coordinadora de Servicios y trabajadora social de Adisfim.
Para todos
Otro de los puntos fuertes de este modelo de asociación es que no sólo se focalizan en el paciente, sino también en su entorno más próximo: las familias. «Somos conscientes de que un discapacitado rompe con todos los esquemas y desde aquí se ayuda y apoya a los cuidadores que sufren día a día la enfermedad de sus familiares», apunta Esther.
María de 52 años sufrió un caso grave de infarto cerebral y le quedó una hemiparesia derecha. Desde Adisfím, ante el empeoramiento médico y la dejadez por parte de los familiares, el equipo empezó con el proceso administrativo de tramitación para la solicitud de una plaza en residencia, agilizar los trámites para la obtención de la pensión de incapacidad, además del seguimiento de su situación en coordinación con Servicios Sociales.
Muchos pacientes que no pueden ser asumidos por Adisfim, no se quedan sin tratamiento, ya que desde la dirección intentan buscarle otra asociación parecida o le remiten a Famma (Federación de Personas con discapacidad física y orgánica de la Comunidad de Madrid). Y otros tantos desconocen que haya estos servicios a su alcance por falta de información. Como en el caso de Pedro, de 58 años, que padeció un ictus hace ocho del que nunca ha recibido tratamiento por no conocer ningún centro que trabajaran ese tipo de patologías. Tiene problemas físicos derivados de las secuelas del infarto cerebral además de una falta de habla (afasia) y complicaciones para tragar, tanto líquidos como sólidos. La familia acudió a Adisfim para recibir tratamiento de fisioterapia y logopedia, pero debido a que se encuentra lejos, «debe dejar el tratamiento debido al trabajo de la mujer y la falta de carné de conducir del cuidador de relevo de la esposa, es imposible que acuda al tratamiento por lo que después de un mes debe dejar las terapias por no tener recursos de apoyo como una ambulancia que le haga llegar al centro», explica la familia, que lamenta la falta de ayuda de las administraciones.
Las ventajas de un «todo en uno»
Muchas familias, como la de José, agradecen contar con todos los servicios a su alcance. Este joven puede servir de ejemplo de lo que significa poder acceder un tratamiento integral y por ello se siente afortunado. Hace dos años sufrió un parálisis cerebral y se quedó sin poder hablar y apenas caminaba. «El médico le dijo que su recuperación dependía de su rehabilitación, que para él era el mejor tratamiento, y se lo tomó muy en serio», como explica su madre. De lunes a viernes acude cada día al centro, dos de ellos a logopedia y a sesiones de trabajo social y los otros tres a fisioterapia. Ha recuperado bastante movilidad y ya casi anda solo, «mejor si me apoyo en las cosas», cuenta José. La logopedia le sirve para recuperar el habla, ya que quiere seguir estudiando. Por ello, las sesiones de trabajo social son muy útiles para focalizar sus deseos de superación, «se pone metas muy cortas y se desespera si no las cumple, tiene que aprender que todo esto lleva su tiempo y que quizás no llegue a recuperarse del todo. Pero esto no se le puede decir», lamenta su madre.
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