Asamblea de Madrid

La buena obra y su castigo

La Razón
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Gómez ha tenido su minuto de gloria. La soberbia siempre ciega el entendimiento y ahora cree que ha derrotado a Zapatero. Al final quedará como un juguete roto, abandonado en la cuneta cuando sea derrotado por Esperanza Aguirre. Lo peor es el grupo que le jalea, como Sotillos y Maru Menéndez, que están más preocupados por mantener sus despachos en la oposición que en el futuro del PSOE. Gómez fue impuesto por Zapatero al frente del socialismo madrileño, sin otro mérito que ser alcalde de una ciudad mediana como Parla. Esa gran oportunidad, que dilapidó con sus errores, se la ha pagado dándole la puntilla cuando más le necesitaba. Toda buena obra tiene su justo castigo, porque no hay nada peor que una persona desagradecida a la que se hace un favor. A la primera oportunidad lo devuelve con la traición. Es algo tan común que no me causa ninguna sorpresa. Tras el minuto de gloria, con su victoria pírrica frente a Jiménez, ahora le queda la derrota ante Aguirre.