Artistas
Montserrat Caballé: «Cantas vas al hotel te tiras en la cama y ves un partido de fútbol»
Para muchos es la mejor soprano de las últimas décadas; para la mayoría, una mujer excepcional. Tiene todos los premios y reconocimientos. Si se lo mencionas, se sonroja, porque gasta una humildad cisterciense. Sigue estudiando cada día porque le queda una temporada plagada de conciertos y recitales benéficos.
La música no es sólo su oficio, es su vida y su tarjeta de presentación. Sólo hay que escuchar la cadencia de su voz, su agógica emocional y su risa de «coloratura» para rendirte como ante una nana que hace diana en tu plexo solar.
–Tres años esperando esta entrevista. ¿Así de azarosa sigue siendo su vida?
–Es una vida normal dentro de lo que cabe, pero sí, afortunadamente muy activa y con muchos compromisos tanto artísticos como morales.
–Normal, no. ¿De dónde saca tanta energía?
–¡No lo sé! Todos me lo dicen. Algo sale del interior, sin duda.
–Debe hacer yoga para escorar el estrés.
–Lo único que hago es la gimnasia respiratoria, que es muy buena para la salud y la mente. Media hora y tres cuartos desde que me levanto, y activa pulmones, circulación.
–Le perdí la pista en el Castillo de Perelada...
–Uf, en medio he estado ocupada, más que desde el punto de vista artístico, benéfico. Para Unicef y Unesco, realizando actuaciones para recoger fondos para quienes lo necesitan.
–¿Se canta con otro sentimiento cuando se hace por solidaridad?
–Se canta distinto. Buscas un programa más equitativo, que llegue más al alma, a ti mismo para solazarte y para mover a quien lo escucha a la acción. A mí me da mucha fuerza, porque no sólo sirves para distraer a la gente.
–Que usted diga distraer casi hiere...
–¡Es lo que hacemos los cantantes de ópera! Algo que nos gusta mucho para entretener a los demás y homenajear a un compositor.
–¿Es verdad que se retirará cuando cumpla 80 años?
–Lo dijo un periodista que intentaba arrancarme un titular, pero no, no me jubilo a los 80. Aún tengo fuerza para seguir.
-Yo ya veía a la Reina, como en sus bodas de plata, presidiendo la actuación en el Liceo.
–Nada de eso. Hará cincuenta años de mi debut el 3 de enero y haré muchas celebraciones, pero no de mi retirada. Celebraré el centenario de Jules Massenet. También se conmemora el Festival del Mediterráneo... También celebraré muchas galas para Unesco...
–Salomé de Strauss es el personaje con el que más se identificó.
–Me gustaba mucho hacerlo. Me ha dado grandes satisfacciones, no por los premios, sino porque es una gozada. En cambio «Electra», es mi asignatura pendiente. Cuando
me quisieron contratar ya era tarde y le hubiera hecho un mal servicio a Strauss.
–Usted que se maneja en tantos idiomas, ¿en cuál habla... y en cuál sueña?
–Con los míos hablo en castellano y ¡no me he planteado en qué sueño! Aunque sueño poco...
–Luego, no hay conflictos lingüísticos para usted, ni conscientes ni inconscientes.
–Para mí el idioma es universal, como el rezar. No importa la lenguas, sólo hace falta hacerse entender por tu vecino o por Dios.
–Hablando de cosas mundanas, ¿no habrá fumado, ni beberá cerveza, ni tomará chocolate...?
–Te equivocas: bebo cerveza fría de vez en cuando, hubo una época en que fumaba mucho y comía muchísimo chocolate... ¡Por eso engordé tanto! (risas de «coloratura»).
–Es de una humildad tremenda a la hora de definirse. ¡Se ríe de su propia sombra!
–Digo lo que es: tengo 78 años, soy una persona corriente, que pesa 97 kilos y que le duele horrores un tobillo y la rodilla también... ¡A quién quiero engañar! Es la verdad.
–No me extraña que Terenci Moix la adorara.
–Pobre Terenci, cómo le echo de menos... Él me quería, pero yo le adoraba.
–Veinte años sin de Freddy Mercury.
–¡Otra gran pérdida! Pocos saben que montó una fundación contra el sida y donó mucho dinero para investigación al Instituto Pasteur. Era un gran hombre. Recuerdo que le decía que por qué no cantaba con voz de barítono –que era su tesitura– y el me decía que sus fans querían que cantara como Freddy. Tenía razón. Pero se nos fue muy joven.
–¿Caminamos por el lado salvaje de la economía mundial?
–Lo veo mal. Ni voto. Salto como un canguro de un continente a otro, veo crisis por todas partes. Supongo que es complicado para los gobernantes, pero no hay un país como modelo a seguir, porque no se avienen a una unión. Debería importarles poco la ideología, la religión o el idioma: necesitamos una unión de pueblos, una Europa unida conviviendo con dignidad.
–Al final, la única embajada fiable es la música.
–Eso dicen, pero la realidad es otra: cada nación tiene sus símbolos, sus ideas, sus representantes... Y todas están tripartidas y cuatripartidas.
–¿El hombre es un lobo para el hombre?
–¡Es una bestia! Pero una bestia que tiene la suerte de poder elegir el camino del bien o del mal.
–No pierde la cabeza con tanto premio y tanto homenaje?
–No. En el fondo, tanto premio ofende, cuando ves tanta hambre.
–A Morente, le quedó pendiente cantar con Michael Jackson... Y a usted, ¿con quién?
–Cantar con músicos de distintos estilos te enriquece. Con el flamenco, no he hecho nada.
–¿Se imagina un dúo con su hija Estrella Morente?
–¡Es fantástica! Y el flamenco es muy bello, sobre todo el auténtico que nace del alma.
–Tengo yo una duda: ¿cuál fue la última inyección que puso?
–No hace mucho. Si viene un colega o un familiar y lo pide, aún sé. Si es intramuscular... Las intravenosas me dan más respeto. De algo me debe servir haber estudiado enfermería.
–¿Qué hace antes de salir al escenario?
–Rezar, para no defraudar al público y que me dé fuerzas. No quiero nada especial.
–Pero si no defrauda nunca...
–A mí misma. No siempre estás a la altura y uno es su peor juez. Mira los futbolistas...
–Y eso que usted no tiene a un Mourinho detrás.
–Mourinho tiene su fuerza, pero tú eres peor contigo que un entrenador... Por cierto, el Madrid es un grandísimo equipo, aunque el Barça también, eh... Será una liga interesantísima. Y te confieso que Casillas es el mejor portero del mundo. ¡Me encanta!
-¿No me diga que ve fútbol?
–¡Claro! Terminas una actuación, vas al hotel, te tiras en la cama y ¡lo mejor es ver un partidazo!
–Su sucesora es su hija...
–Mi hija hace muy bien lo que hace, pero las mejores ahora son Anna Netrebko y Ainhoa Arteta.
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