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Los ecos del vídeo de Mahoma por César Vidal

La Razón
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Nadie hubiera podido imaginar cuando dio inicio la campaña que un vídeo dirigido contra la figura de Mahoma podría tener tanta trascendencia. Primero, el vídeo fue utilizado para justificar los estallidos de violencia islámica en el norte de África y Oriente Medio que se saldaron con la muerte de varios ciudadanos norteamericanos y hacer que los éstos fueran todavía más escépticos en relación con la política de Obama en la zona. Después, llegó la constatación de que, en realidad, la oleada de violencia no había tenido que ver con el vídeo y, de hecho, venía preparándose desde tiempo atrás. Este hecho, muy posiblemente, influyó en el discurso que hizo Obama ante la ONU, discurso en el que el presidente de Estados Unidos lamentó que se ofendiera la religión de nadie, pero donde también hizo hincapié en que la libertad de expresión era indispensable en un mundo globalizado por la tecnología moderna y que desea vivir de acuerdo con los principios de Naciones Unidas. Ahora, todo parece indicar que el episodio podría tener características aún más siniestras, ya que el vídeo habría sido obra de unos provocadores musulmanes cuyo deseo era desencadenar la violencia contra Estados Unidos e infamar a judíos y cristianos coptos. Así lo ha revelado en «Front Page», Walid Shoebat, uno de cuyos primos llamado Eiad Salameh ha estado asociado en operaciones delictivas con Nikoula Basseley Nikoula, el productor del vídeo. Éste, según ha afirmado Shoebat, no es, en absoluto, un copto egipcio, sino un musulmán palestino envuelto en actividades delictivas y que apoya acciones terroristas desde hace tiempo. Shoebat desmiente así la versión que ha circulado hasta ahora sobre la autoría del vídeo para afirmar: «Si nos apegamos a lo que puede ser probado llegamos a la posibilidad de que los que el apoyan el terror hayan producido la película».
Desde luego, lo que resulta indudable es que Eiad Salameh es un musulmán que apoya a terroristas y que no es un cristiano copto. Procedente de Belén, es bien conocido por el FBI y los árabes de la zona como una persona dedicada a la falsificación de documentos –especialmente pasaportes– de las más diversas nacionalidades. La asociación entre Salameh y el productor del vídeo vendría al menos desde el año 2000. En 2001, participaron en una operación de contrabando de tabaco en Siria y en 2009, en otra de carácter financiero. En el curso de las mismas, Nakoula usó ocasionalmente el apellido Salameh de su cómplice Eiad y ambos utilizaron también Tanas. Eiad fue finalmente capturado y recluido en Canadá en enero de 2011. Ahora, el arresto de Nakoula –el supuesto copto– ha dejado al descubierto nuevas vinculaciones entre el productor del vídeo y el terrorismo palestino. Inicialmente, las autoridades insistieron en que no existía ninguna relación, pero en las últimas horas han reconocido que una parte del dinero que conseguía Nakoula iba a parar a Hizbulá.
Sin duda, un destino peculiar si la persona es verdaderamente un cristiano copto interesado en insultar a Mahoma. Nakoula incluso llegó a presentarse como un judío con pasaporte israelí, circunstancia ésta que Walid Shoebat indica que su primo Eiad ha hecho también durante años. Es pronto para saber la repercusión que estos hechos tendrán en la campaña electoral, pero no parece que vayan a perjudicar al aspirante republicano, que apareció hace unos días en un vídeo afirmando que los palestinos realmente no desean la paz.