Caso Faisán

La casa del Faisán

La Razón
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En lo que no existe ninguna duda es que hubo un chivatazo. Lo sorprendente es que los responsables políticos no dan la cara y prefieren que el delito no sea asumido. El silencio de los policías es francamente sorprendente porque fue un acto delictivo cometido en el contexto de la equivocada decisión de negociar con ETA. Con los terroristas no hay nada que negociar, tan sólo la asunción de las responsabilidades por los delitos cometidos. Lo que está claro es que la gravedad del delito cometido, sea colaboración con banda armada, como defiende el juez instructor de la Audiencia Nacional Ruz, o vulneración de secretos oficiales, merece que los autores sean inhabilitados. Nada justifica lo que hicieron, ya fuera por decisión propia, lo cual es absurdo creerlo, o fuera siguiendo instrucciones de las autoridades políticas. En cualquiera de estas circunstancias, no sólo es pertinente sino exigible. En el segundo caso cabe insistir en que los políticos que dieron la orden a la Policía deberían asumir tanto las responsabilidades como las consecuencias de la decisión que adoptaron.