Los contratistas aseguran que la obra pública está «abocada a desaparecer»

VALLADOLID- El Palacio de Congresos de La Tejera, en Palencia. El Museo Nacional de la Energía de Ponferrada, en León... son múltiples los ejemplos a los que se puede recurrir a la hora de hablar de la parálisis de la obra pública en Castilla y León. Nubarrones negros para un sector, durante años, fundamental para la Economía de Castilla y León.

La presidenta de la Cámara de Contratistas de Castilla y León, María Isabel de Blas, señaló que el sector está «al límite de su resistencia» y podría desaparecer, lo que llevaría al paro a cerca de 30.000 trabajadores este año en nuestra Comunidad.

A su entender, la previsión de las administraciones públicas supondrá «la extinción» de la obra pública, dado que, dijo, el Estado ha previsto 768 millones, la Junta, 172, y las instituciones locales, 90, frente a los 1.321, 997 y 300 del año anterior.

En este contexto, recordó que su sector ha perdido 5.730 empresas desde 2008 y se han destruido por ello unos 48.600 empleos.

María Isabel de Blas, en declaraciones recogidas por Ical, incidió en que en esta «dramática situación», la Administración regional «permanece indolente», por lo que reclamó al presidente Juan Vicente Herrera una reunión porque «la situación es gravísima».

Una idea en la que abundó el vicepresidente de la organización, Juan Carlos Gonzalo, quien afirmó que en la Mesa de Edificación plantearon la puesta en marcha de un Plan de Rehabilitación para Edificios Antiguos, que no ha recibido contestación.

La presidenta de los contratistas pidió a la Junta que se apriete «el cinturón de verdad» y reduzca sus gastos corrientes, no sus inversiones productivas. Al respecto, explicó que para mantener el sector las administraciones deberían destinar a inversiones reales una cantidad equivalente a entre el dos y el tres por ciento del PIB.

De Blas insistió en que el déficit no se rebaja suprimiendo inversiones, «sino eliminando gastos improductivos».