Autopistas

Peajes e insumisión por Toni Bolaño

La Razón
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La ministra de Fomento, Ana Pastor, dijo hace poco más de un mes que para solucionar los problemas de las radiales de Madrid –deficitarias hasta decir basta– el Gobierno no descartaba que algunas concesionarias pudieran ver alargadas sus concesiones en otras áreas a cambio de que asumieran el desaguisado de las autopistas madrileñas. La ministra, quizás mal informada, no acertó en el diagnóstico.
En Cataluña, además, las palabras de la ministra crearon el caldo de cultivo para la demagogia y la protesta fácil. Solidaridad Independentista y Esquerra Republicana han llamado a la insumisión impulsando una campaña para no pagar en los peajes y la bisoñez del Gobierno de CiU ha hecho el resto porque según su portavoz, Francesc Homs, el Ejecutivo entiende la protesta. Para acabarlo de arreglar y tras esta afirmación, el Gobierno dijo que multaría a los insumisos con 100 euros. Esto se llama en mi pueblo echar gasolina al fuego.
Realmente, la campaña ha sido un fracaso. En más de un mes, solamente 1500 coches –que no ciudadanos porque muchos repiten– no han pagado. De hecho, estos insumisos que se niegan a pagar los peajes no suman más del 0,025% del total de ciudadanos que pagan en las autopistas catalanas. Sin embargo, hoy este boicot será noticia. Los convocantes han llamado a manifestarse en diferentes peajes de Cataluña. Sean pocos o muchos, es sencillo bloquear las cabinas. Hacen falta apenas unos pocos coches.
De todas formas, estos desatinos han puesto encima de la mesa un problema, que no es menor, que es el saber y determinar cuál será el futuro de las infraestructuras en nuestro país. Hasta ahora sólo en Cataluña los ciudadanos pagan por desplazarse por las autopistas y no hay vías alternativas con un mínimo de seguridad. En el resto de España no es así. En muchos lugares se disfrutan de fantásticas autopistas gratuitas.
Ahora, la crisis nos debe hacer reflexionar. La Administración no tiene un euro –Rajoy dixit– y no puede destinar recursos al mantenimiento de las vías. También deberemos hacer las carreteras que necesitemos a pesar de la crisis, y éstas solamente las pueden afrontar empresas privadas. Quizás sea hora de establecer un mecanismo de pago en el que los ciudadanos paguen por el uso de las vías. Sólo así podremos tener las infraestructuras necesarias, seguras y rápidas.