Rajoy refuerza la movilización para que sus votantes no se confíen

TOLEDO- La distancia histórica según el CIS que separa al PP del PSOE sorprendió ayer incluso en Génova. La tradición dice que los barómetros del instituto oficial suelen estar «cocinados» a la baja y es lo que esperaban en Génova que ocurriese también en esta ocasión, una vez que en todas las elecciones desde 2008 sus análisis del estudio, y los resultados en urnas, han avalado esta tesis.

Ayer, sin embargo, la conclusión en el «cuartel general» fue precisamente la contraria. Y eso que sus propios seguimientos electorales les confirman la mayoría absoluta, aunque ellos mismos rebajan la confianza en los 15 puntos que airean algunos sondeos y creen que una distancia de diez puntos ya es apuntar alto (fue lo que consiguió Aznar en 2000). Y que, además, las «tripas» del CIS consolidan la tesis de que el PSOE está en «caída libre sin posibilidad de remontada».

Pero pese a que estas variables deberían afianzar la confianza en los datos del barómetro, el análisis interno del PP es que la encuesta ha sido maquillada en algunas provincias con un triple objetivo: generar un exceso de optimismo y confianza en su electorado; disminuir el voto de castigo bajo el paraguas de que como la victoria del PP ya está hecha, «pues voy a apoyar a los míos para que el golpe no sea tan grande»; y el de intentar conseguir la «derrota dulce».
En el PP interpretan que a estas alturas Rubalcaba ha interiorizado la derrota y que ya sólo aspira a contener el «batacazo», como tabla de salvación para que la noche del 20-N pueda aguantar al frente del PSOE. Y su respuesta al CIS será reforzar su campaña de movilización por el cambio. «Iremos a por todas, sin modificar ni una coma nuestra estrategia y con el empleo como elemento central», afirmaban en el Comité de Dirección. «La única encuesta que nos interesa es la de la Población Activa», defendió la portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría. Anoche Rajoy fue recibido en Toledo al compás del mensaje de que el PP volverá a traer la bonanza que impulsó su Gobierno del 96. Y él se arrancó con uno de sus mantras de campaña, la invocación de la concordia y la unidad para hacer un «Gobierno fuerte». «No tenemos enemigos, aunque algunos quieran serlo. Nuestros enemigos y adversarios son las crisis y el paro y vamos a por ellos». Rajoy también aireó su mensaje de esperanza, pese a que «la tarea sea gigantesca», con tres objetivos de futuro: crear empleo, mejorar las políticas sociales y volver a ser un gran país, «respetado, y no mandado». En esta campaña se le nota que se siente ganador, que va de presidente, en el tono y en la seguridad que muestra en el atril. Ayer no habló del CIS ni de ninguna otra cosa que no fuera la recuperación económica.

LO QUE DICE
PACTOS
«No tenemos enemigos, aunque algunos quieran serlo. Nuestros enemigos y adversarios son la crisis y el paro»
LO QUE HIZO
El líder del PP ha sellado pactos con las minorías regionalistas, ha tendido puentes a los nacionalistas y ha mantenido diálogo con CC OO.

e-lectores
El anuncio
Entre nuestras primeras medidas estará la bajada del impuesto de sociedades, el único que tocaré en la primera etapa.

EL veredicto
Antonio Delgado
Profesión: Financiero
Edad: 41
«Es una medida relativa, mediana, que ni arregla ni desarregla. Es una medida buena pero no excelente porque no es el principal problema»

Amanda Palau
Profesión: Mercadotecnia y formación
Edad: 34
«Bien, porque hay que incentivar al empresario para que genere empleo, que es el único modo de reactivar la economía»