Dinamarca
Eloy Olalla: «Todos me recuerdan lo mismo»
«Vicente Miera, que era el segundo de Miguel Muñoz me preguntó si estaba preparado para lanzar el segundo penalti, y sí lo estaba», cuenta Eloy Olalla a este periódico. Eran los cuartos de final del Mundial de México 86, la España de Butragueño había eliminado a Dinamarca y empató a uno contra Bélgica, tocaban los penaltis. Señor marcó el primero y los belgas también. Era el turno de Eloy.–¿Cómo se encontraba?–Estaba bien, muy tranquilo, habíamos estado ensayando los penaltis durante la concentración, que para los que no jugamos competición internacional fue muy larga. No estaba nervioso. –Sin embargo...–Le pegué muy mal y Pfaff lo paró. En ese instante me quedé muy jodido, pero enseguida pensé que por qué no iba a fallar alguien más un penalti. No fallaron.– ¿La vuelta fue muy dura? –Yo jugaba en el Sporting y nunca había visto algo parecido a la multitud que nos recibió en el aeropuerto. Fue algo inolvidable. Todo el mundo te daba ánimos. Después durante mi carrera me lo cantaban en muchos campos.– ¿Y ahora?– Todos me recuerdan lo mismo. El otro día estuve en un restaurante y en la mesa de al lado estaba un amigo con un equipo de rugby. Mi amigo me dijo que había un inglés allí sentado que me conocía. Al rato, mi amigo me dijo: «Oye, que se conoce toda tu carrera, que jugaste en el Sporting y el Valencia y no sabe nada del penalti. «Pues ese día debía de estar en Marte», contesté. Debe de ser la única persona del mundo que no tenía ni idea del penalti que fallé.–También tendrá recuerdos buenos del Mundial.–Fue fantásico. Era un equipo que llegaba tras alcanzar la final en la última Eurocopa y que rompía con el estilo anterior de la selección. Además, la concentración fue muy divertida, con Míchel y Julio Alberto, que eran unos fenómenos. Recuerdo que jugábamos al béisbol en un pequeño jardín que teníamos en el hotel. Compramos un bate.–¿Qué tal la prensa?–No hubo problemas. Recuerdo que antes del partido contra Dinamarca dormimos en el mismo hotel que ellos. El follón que había entre los enviados especiales y los futbolistas, con las entrevistas rompió la tranquilidad de los daneses. No estaban acostumbrados a tanto ruido. Creo que ahí empezamos a ganar ese partido.–¿Y Maradona?–No sólo fue un prodigio técnico, Recuerdo el calor que hacía durante los encuentros. Acabábamos muy cansados y hacer un esprint casi te dejaba sin fuerzas. En cambio Maradona dio una exhibición no sólo técnica sino también física. Diego aguantó todo el Mundial a un ritmo espectacular.
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