Manzanilla suena a Andalucía

Hace unos meses, Dani García decidió poner punto y final a su vinculación con Lamoraga, la cadena de locales de tapeo que cuenta con numerosos establecimientos en Andalucía. Con Manzanilla, de reciente inauguración, y Milmilagros, un bistró informal, responde a la demanda de los comensales y democratiza la alta cocina por la que apuesta en Calima, con dos estrellas Michelin. «Manzanilla es un nombre que suena muy bonito, más si cabe cuando lo pronuncias en inglés. Suena a Andalucía», afirma el chef. Tiene previsto para otoño abrir la sucursal en Nueva York, pero su ilusión era desembarcar primero en su tierra. Y así lo ha hecho.

Situado en pleno centro de Málaga, en una bocacalle de la famosísima Larios y justo en el mismo lugar de la primera Moraga. La carta se divide en dos sectores: platillos que representan la cultura malagueña y andaluza del tapeo («Las tapas de ida... desde AGP –siglas del aeropuerto de Málaga–), y «Las tapas de vuelta... desde JFK a AGP», donde el comensal saboreará bocados de influencia americana con toques andaluces. Así, en el primero no podían faltar las sopas frías de Dani, una de sus especialidades, como el gazpacho de cerezas con queso fresco, plato que ideó en 2000, y la porra antequerana cremosa con fresas y hierbabuena. Manjares obligados, aunque el resto de sugerencias se dirijan al centro de la mesa, entre ellas, la ensalada de tomate de Coín aliñada con cebolla tierna y una salsa de fórmula secreta, los pimientos del piquillo confitados y rellenos de patata machacada, el tarro de foie o el de pasta de queso de Ronda en aceite para untar en pan. La caja de fritos especial para dos personas, compuesta por gambas blancas fritas, dos tortillitas de bacalao, un flamenquín y croquetas, resulta una opción redonda. Sobre todo, porque éstas son espectaculares. Las hace de pringá, de cocido, de choco guisado en su tinta y de guiso de pintarroja con tomate. Entre los dulces, triunfa la luna llena, postre de chocolate blanco, mandarina y yuzu sobre tierra de chocolate, que formó parte del menú de Calima en 2009, y que aquí ofrece por cinco euros. Del segundo apartado, muy recomendable para degustar entre varios son los rollitos vietnamitas de pringá con hierbabuena y pipirrana, las gambas al ajillo y el rib-eye de retinto andaluz con la clásica salsa bearnesa y vinagre de estragón. Para terminar, pidan varias cucharitas y no se priven de las versiones del cheesecake y del cup cake de Dani. Insuperables.