Barajas

Contundencia vs trapacería por José Antonio VERA

La Razón
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Rubalcaba demostró con creces que es un auténtico especialista en la trapacería, los codazos, los puntillazos, la mala educación y la demagogia. Probablemente, más de lo que nos podíamos esperar. El candidato socialista, a falta de un programa creíble que vender, a falta de explicaciones razonables para la gestión de su Gobierno, se dedicó todo el tiempo a acusar y acosar, a inventarse el programa del PP y a decir que Rajoy va a hacer lo que no quiere.

Afortunadamente, el líder de los populares le respondió siempre con seriedad y contundencia, devolviéndole todas y cada una de las acusaciones, diciéndole con claridad, señor Rubalcaba, usted miente, los únicos recortes que aquí se han hecho son los suyos, es un maestro en decir una cosa y en hacer la contraria y, además, no tiene credibilidad y siembra insidias.

Rubalcaba cometió el error de tratar a Rajoy como si ya fuera el presidente, y además se comportó con mala educación, interrumpiendo constantemente y obsesionándose con atribuirle sospechas.

Reconozco que no puedo ser muy objetivo con relación al cara a cara. Rubalcaba es habilidoso en la dialéctica, pero nada de lo que dijo convenció. Cuando le veíamos con su elocuente movimiento de manos realizar una llamada para que se desconfíe de Rajoy, no podía más que imaginarlo en una de las muchas representaciones a las que nos ha acostumbrados desde que está en política. Por ejemplo, el papelón que hizo tras el 11-M. O la obra que escenificó cuando aseguró, tras el atentado de Barajas, que no habría más negociación con Eta. O su conato de lloriqueo el día del último comunicado de la banda terrorista.

Ya sabemos que hay gente que va a asegurar que Rubalcaba ganó el debate de calle. La izquierda entera y los nacionalistas lo afirmarán con rotundidad. Lo dijeron sobre Zapatero con motivo de los anteriores debates, aunque Zetapé hiciera el ridículo en ellos prometiendo dos millones de empleos, subir las pensiones, el salario mínimo y el sueldo de los funcionarios.

Para mí el que venció anoche, como hace cuatro años, fue Rajoy. Estuvo previsible, con las ideas suyas, que son las de su partido y las de Aznar y las de Rato, con la convicción de que sólo con un baño de realidad, tomando medidas drásticas pero contundentes, se puede abordar la actual situación de España. Rubalcaba pareció el mismo actor de teatrillo al que conocemos de antiguo. Empezó envalentonado y acabo embarullado. Se fue viniendo abajo a medida que pasaban los minutos. Rajoy le respondió con contundencia. Y gano claramente la seriedad y la contundencia.