Cataluña
La batalla es de todos por Iñaki Zaragüeta
Una cosa es incuestionable. La actitud de los gobiernos de Cataluña y Andalucía perjudica a España y, por tanto, a las propias comunidades a las que dicen defender. En un momento en el que desde el exterior se mira con lupa a nuestro país, su negativa a cerrar un acuerdo con el Ejecutivo central sobre déficit y endeudamiento, supone un riesgo excesivo y una provocación para que los mercados reaccionen contra nuestra prima de riesgo. Ha sucedido en otras ocasiones. Más aún, con una escenificación tan explosiva como que la primera ni se dignara a asistir a la reunión con Montoro y la segunda abandonara la sesión a la hora de comenzarla, con el argumento de que no le gustaban los postulados del ministro. Como decía ayer mi amigo Rogelio: «A nadie nos gusta la subida de impuestos o los recortes salariales, pero hay que asumirlos como imprescindibles para superar este momento». Mas y Griñán deberían ser conscientes de que, como dice el ministro, las recomendaciones de la UE son obligaciones. De ahí que estén obligados a participar de las instituciones, a no cansarse de dialogar y a arrimar el hombro con renuncias de objetivos hoy inviables. Parece mentira que dos grandes partidos como CiU y el PSOE opten por la revuelta cuando deberían ser los primeros para la negociación, con la responsabilidad de conocer que nuestra economía exige grandes sacrificios. Así es la vida.
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