Los Ángeles
Nadal paga el parón
Andy Murray fue superior al número uno y evitó que alcanzara la final del Masters 1.000 de Toronto.
Rafa Nadal llegaba a Toronto con la intención de rodarse e ir cogiendo ritmo de competición sobre pista rápida. Lo hizo en sus dos primeros partidos. Cuando se ha topado con Andy Murray en semifinales ha comprobado que su tenis todavía no es suficiente para aspirar al que es su gran objetivo en el segundo tramo del año, conquistar el Abierto de Estados Uni- dos, su único «Grand Slam» pendiente. En Canadá, en las semifinales, estaban los cuatro mejores jugadores del mundo –la otra semifinal entre Federer y Djokovic se disputó la pasada madrugada–, pero su momento de forma no resulta comparable.
Después de Wimbledon, durante mes y medio, Rafa se ha dedicado a recuperarse físicamente e ir adaptándose a la temporada norteamericana que desemboca en Flushing Meadows. En Canadá, Rafa ha carecido de la regularidad que le convierte en insufrible para la mayoría de los rivales. Ante rivales menores eso sólo significa que el partido se tenga que resolver en tres sets. Pero Murray no está incluido en esa categoría.
El escocés aparecía en Toronto después de haber sido finalista en Los Ángeles. Su tenis resulta especialmente peligroso sobre cemento. Su saque es consistente y desde el fondo de la pista es capaz de dominar los intercambios. Durante todo el partido, Nadal tuvo demasiados problemas con su servicio. No fue capaz de dominar los puntos y la iniciativa casi siempre correspondió al escocés.
Murray rompió el servicio de Nadal en el octavo juego del primer set y mantuvo el suyo lo que le permitió adjudicarse la primera manga por 6-3 en 48 minutos. La segunda manga mantuvo la misma tónica. Nadal perdió su servicio en el tercer juego del segundo set. El manacorense fue capaz de nivelar temporalmente la desventaja en el sexto juego al romper el servicio de Murray. Fueron los mejores momentos en el juego de Rafa. Los únicos en los que se sin- tió realmente cómodo y se vio al británico desplazado. En el nove- no juego, cuando Nadal parecía lanzado a forzar la tercera manga su servicio le traicionó. Se encontró con un 0-40.
Salvó las dos primeras bolas de «break», pero la tercera no. Murray apeló a su servicio, su mejor arma durante todo el partido para cerrar el pase a la final. A Rafa le restan dos semanas para ultimar detalles para asaltar el «Open USA», una de sus pocas cuentas pendientes.
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