Literatura

Sevilla

Un millón de libros

La Razón
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Escribo mientras vuelvo a Sevilla en tren. La novedad es que no es el AVE de Madrid, vuelvo de Málaga. A estas alturas, conducir no me seduce nada, afortunadamente los trenes en España, al igual que la lluvia en Sevilla, son una maravilla. Por cierto, espectacular la nueva estación malagueña, con nombre de mujer, María Zambrano. Mi agradable estancia en Málaga se debía a que otra mujer, escritora de impresionante éxito, María Dueñas, había aceptado generosamente ser la protagonista del foro de LA RAZÓN. El acto se celebró en el auditorio del museo municipal malagueño, que estaba con el cartel de no hay localidades desde hacía días. Muchas personas tuvieron que presenciar el acto de pie y otras se quedaron sin poder estar presentes. «El tiempo entre costuras» está al borde del millón de ejemplares vendidos. Hay muy pocos escritores en el mundo que lleguen a interesar a tanta gente. María Dueñas tiene además mucha personalidad y carisma en directo. Todo el mundo quedó encantado, después de la charla y la posterior rueda de preguntas. Amabilísima atendió a todos, firmó cientos de libros. Dio una noticia estupenda, A3 ya está preparando una serie basada en su novela, la veremos el próximo otoño. Muchas personas le preguntaron si había segunda parte de su historia. María dijo que ni lo había pensado. Cuando cerré el acto, anuncié que aunque la autora no lo sabía, que sí habrá segunda parte, porque conociendo al presidente de Planeta, José Manuel Lara, estoy seguro de que le hará una oferta que no podrá rechazar. En el turno de preguntas, aproveché para comentarle que los autores que no venden sus escritos, lanzan infamias sobre los que colocan 500 ejemplares en las librerías, qué no dirán de ella, con un millón de libros vendidos. Me contestó que mejor ni pensarlo, pero que está encantada de haberse convertido en una escritora de best seller, ya que no considera que interesar a muchos sea motivo de baja calidad literaria. Totalmente de acuerdo, sólo desde la envidia y la estupidez se puede pensar que nadie escribe para que te lean dos primas y una cuñada.