Estocada mortal a laboratorios y farmacias

La lucha del Gobierno contra la bancarrota sanitaria avanza a base de trompicones, medidas improvisadas y continuas rectificaciones. En diciembre, Sanidad creía que una central de compras y una recomendación general de congelar el salario de los empleados eran suficientes para garantizar la sostenibilidad del sistema. Presionado por las autonomías, en marzo cambió el discurso y pactó un decreto que cargaba el peso del ahorro sobre los productores de genéricos. El departamento de Trinidad Jiménez aseguraba que dicha norma ahorraría 1.500 millones al año; el PP lo rebajó a sólo 220.Algo de razón debía tener el principal partido de la oposición cuando menos de un mes después de la aprobación definitiva del decreto, el Ejecutivo ha vuelto a meter la cuchara en el sector. Y, además, de la forma en que lo ha hecho: con la rebaja más elevada del precio de los medicamentos de toda la historia de la Sanidad española. Los dos precedentes más inmediatos datan de la época de Elena Salgado y de José Manuel Romay como ministros de Sanidad, pero su cuantía fue mucho menor. La segunda medida de ahorro que el Ejecutivo se ha sacado de la chistera es la «unidosis» de medicamentos para evitar que los pacientes se lleven a su casa más comprimidos de los que necesitan. Exactamente lo mismo que empezó a impulsar el PP con Ana Pastor como ministra con algunos antibióticos y que tumbó su sucesora en el puesto, Elena Salgado, nada más llegar al Ministerio, porque entonces no lo consideraba eficaz. La dificultad de traducir la medida a una norma es, como reconocen los expertos de Sanidad, es extrema. En total, el Ejecutivo estima que ambas iniciativas ahorrarán al Sistema Nacional de Salud (SNS) alrededor de 1.300 millones de euros anuales. Lejos aún quedan los 12.000 millones que podría acumular de déficit este año la Sanidad española. Se trata en cualquier caso de trozo de «pastel» muy apetecible para las arcas autonómicas, que apenas cuentan ya con fondos, y un zarpazo en toda regla, por este orden, para laboratorios, farmacias y distribuidores, los pagados del recorte. Este golpe ha logrado precisamente el efecto de unir a los tres sectores, tradicionalmente desavenidos, en contra del Ministerio de Sanidad y de Elena Salgado, la artífice de las medidas.Jesús Acebillo, presidente de Farmaindustria, vaticina las consecuencias de este golpe devastador: la facturación de los laboratorios farmacéuticos que operan en España se reducirá un 20 por ciento, y se perderán alrededor de 20.000 empleos, 5.000 de ellos directos. Además, España generará un efecto cascada con consecuencias directas de deslocalización de empresas no sólo en nuestro país, sino también en toda Europa.Desde las farmacias, el Consejo General de Colegios presidido por Carmen Peña, reclama «medidas estructurales de control del gasto público en medicamentos» en lugar de anuncios a golpe de decreto, y demanda un «entorno que asegure la estabilidad económica» de las boticas en España.En este sentido, la responsable sanitaria del PP, Ana Pastor, recuerda que «nunca ha habido más inestabilidad para el sector que con Zapatero», en alusión a las dos iniciativas que ha adoptado el Gobierno contra el gasto farmacéutico con menos de un mes de diferencia. A juicio de la ex ministra, el presidente del Gobierno y la vicepresidenta económica han desautorizado a Jiménez, confirmando que el decreto anterior era «sólo un parche». «El PP, en cualquier caso, defenderá siempre la innovación», asegura Pastor.