Estados Unidos
España se suicida desde el tiro libre
La selección española volvió a tropezar en la misma piedra, en la del partido inicial de una gran competición, como sucedió el año pasado en el Europeo ante Serbia, y esta vez fue ante Francia, por seis puntos 72-66.
España ha cogido una mala costumbre: arrancar las grandes citas con una derrota. Sucedió en el Eurobasket con el tropiezo ante Serbia. Entonces fueron la confianza y los problemas físicos los motivos que se esgrimieron para justificar el batacazo inicial. Luego llegaron más sufrimientos y la explosión en la segunda fase y los cruces hasta alcanzar el oro. En Turquía, la historia ha empezado exactamente igual. Derrota ante Francia en el debut con uno de los peores partidos que se recuerdan de «La Roja». Habrá que ver cómo reacciona el equipo ahora. Hay tiempo de sobra para enderezar el rumbo. Hoy llega Nueva Zelanda, la excusa perfecta para sumar una victoria y olvidar una pesadilla. España no jugó mal. Jugó peor. Fue un desastre. Un caos en el que no se salvó nadie. Los desastrosos porcentajes de tiro, especialmente desde el tiro libre, lastraron a un equipo que se presentó en el Mundial con una derrota tan inesperada como merecida.
«La Roja» no jugó un partido de baloncesto. Vivió una pesadilla ante una selección que físicamente es un portento. Los franceses son grandes atletas y alguno de ellos, incluso, es un buen jugador de baloncesto.
La selección estaba mentalizada para evitar que la historia del pasado Eurobasket se repitiera. Si el equipo no funcionó durante demasiado tiempo como debe fue por culpa de los franceses y de un colapso colectivo del que nadie escapó. Nadie tuvo las ideas claras. Es como si los 35 días de trabajo, el insistir en que sólo había que preocuparse de Francia, olvidarse de los estadounidenses, centrarse en el estreno... no hubiera servido para nada. Hay que escarbar mucho para encontrar un partido tan caótico de España, un partido en el que todo el mundo esté desbordado.
Y eso que Francia no mete miedo a nadie. Sin Parker, a los galos les queda presumir de músculo y de piernas. Son una pandilla de saltarines aderezada con cierto talento en alguno de sus miembros. Eso fue suficiente para que España no estuviera cómoda salvo en el primer cuarto. Empezó defendiendo bien. Sin alardes, una defensa correcta. Demostró que se puede trabajar con eficacia atrás sin necesidad de tener grandes atletas. Fueron diez minutos esperanzadores, pero no hubo más. Nada más. A medida que Francia empezó a calentarse, a ver que su intensidad daba resultado, el partido se torció sin remedio.
Marc Gasol desapareció y con él todo el juego interior. Cada aparición de alguno de los grandes únicamente servía para acumular errores desde la línea de tiros libres. El equipo acabó con un infame 17/32. Quince puntos regalados sin oposición. Quince puntos que España no sumó sin un rival enfrente. Aun así, la Selección llegó hasta los últimos minutos con el partido relativamente controlado. Las diferencias eran mínimas, pero jugando tan mal, el equipo era capaz de tener a Francia maniatada. Hasta que la dinámica de errores, la espesura en ataque y la tenacidad de los franceses llevó el partido a donde tenía que ir. España estaba rotundamente mal y así ante una selección de clase media es imposible ganar.
Las apariciones de Batum, Gelabale y Abicy permitieron a los franceses empezar a creérselo. Tomaron las primeras diferencias (50-53, min 36). Reyes ejerció de bombero con un triple, pero las vías de agua eran demasiadas. España se estrelló una y otra vez con la defensa francesa y una fal- ta de Rudy acompañada de una técnica representó la evidencia de que el equipo de Scariolo no estaba para nada. A falta de poco más de dos minutos, la campeona del mundo estaba nueve abajo (54-63). Las medidas desesperadas no surtieron efecto.
La derrota puede tener muchas lecturas. España no va a volver a encontrarse un equipo tan físico como Francia salvo cuando enfrente estén los Estados Unidos. Además, el tropiezo puede significar que la anunciada semifinal ante los yanquis no llegue a producirse si España concluye como segunda de grupo. Eso siendo op- timistas. Porque con el nivel mostrado en la apertura, España no puede soñar. Aunque así se arrancó en Polonia y luego...
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