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Mickey Mouse Donald y Ricky
Si la NBA es la tierra prometida para el juego de Ricky Rubio, el Fin de Semana de las Estrellas es el paraíso. El base de los Timberwolves confirmó en el «BBVA Rising Stars» –el reinventado partido entre novatos y jugadores de segundo año– que sabe de qué va el espectáculo mejor que nadie. En el Amway Center de Orlando, a pocos kilómetros de Disneylandia, Ricky fue el protagonista del show. Las tres mejores jugadas del partido arrancaron con otras tantas asistencias suyas. Pases por la espalda, asistencias de aro a aro, «alley-hoops» y la jugada del partido –ver imágenes– llevaron el sello del base español.
Hasta hace cuatro días, Ricky trasnochaba en Barcelona para presenciar el «All-Star». Era una de las citas obligadas con su pandilla de amigos. Uno de los protagonistas de aquellos fines de semana era Shaquille O'Neal, el que fue su entrenador ayer. «Shaq» rebautizó recientemente a Ricky como «el Pistol Pete Maravich italiano». El ex pívot confundió su nacionalidad al compararle con el primer jugador que hizo del pase un arte. Ayer se corrigió: «Ahora le llamaré el Pistol Pete español». Ricky, que llegó al pabellón con su novatada, la mochila de Justin Bieber, a cuestas, estaba encantado: «Ha sido muy emocionante. Es como estar viviendo un sueño. He podido conocer a uno de mis ídolos, Shaquille O'Neal, y he podido hablar con él como si fuera uno más». El base regaló siete asistencias y anotó doce puntos, aunque su equipo perdiera por 146-133. Se llevó todos los flashes mientras su compañero de equipo Jeremy Lin vivía una de sus peores noches desde que se hizo mundialmente conocido. El base taiwanés presenció en primera persona el recital del español y fue el único jugador de su equipo que no alcanzó la decena de puntos.
Kyrie Irving, el base novato de 19 años de los Cavaliers, se llevó el premio a Jugador Más Valioso del partido. Su candidatura a «rookie» del año, en detrimento de Ricky, es cada vez más firme.
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