África

Libia

Cruenta batalla por controlar la zona petrolera de Ras Lanuf

Ni la intensa lluvia ni el frío cortante impidió que decenas de miles de personas se concentraran ayer en la plaza de Los Juzgados de Bengasi para ofrecer sus oraciones a los mártires de la revolución.

Recrudecimiento de los combates cerca de Trípoli y en varias ciudades más
Recrudecimiento de los combates cerca de Trípoli y en varias ciudades máslarazon

Con la voz desgañitada, el imán desde un púlpito improvisado alentó a los jóvenes a continuar con la lucha hasta liberar la última ciudad de Libia. En su arenga, advirtió al coronel Gadafi de que al igual que «Alá le consagró la silla de poder ahora puede quitársela». Tras la oración, miles de opositores se manifestaron para exigir la caída de Gadafi. «Llegaremos a Trípoli sí o sí», dijo desafiante un joven que se ha enrolado en las nuevas fuerzas civiles para liberar la capital.

El entusiasmo de la juventud es el fuelle que enciende las llamas de la revolución pero al mismo tiempo su talón de Aquiles. Ayer, las fuerzas gubernamentales intentaron recuperar Brega. Ahora la batalla se concentra en el control de las instalaciones petrolíferas.
Aviones de guerra bombardearon a primera hora del día este enclave petrolero, a 200 kilómetros de Bengasi, en un intento de hacer retroceder a los rebeldes. Pero la respuesta de las fuerzas opositoras fue contundente, y miles de voluntarios desde Bengasi hasta Ajdabiyah partieron hacia Ras Lanuf, envalentonados, después de haber recuperado el control de Brega la jornada anterior.

Según informó un testigo de la zona a LA RAZÓN, en la aledaña aldea de Agayla, por la mañana se había concentrado una caravana de vehículos y microbuses con rebeldes armados preparados para atacar Ras Lanuf. A media tarde, las fuerzas rebeldes se adentraron en esta localidad y consiguieron tomar el aeropuerto. Se produjeron duros choques entre ambos grupos por el control de Ras Lanuf y, según fuentes médicas consultadas por este diario, podrían haber muerto una veintena personas. Finalmente, los rebeldes proclamaron la conquista de este enclave petrolero. La siguiente pieza es Sirte, localidad natal del dictador.

El avance de los rebeldes hacia el oeste podría ser un espejismo o simplemente un baño de optimismo para la revolución, pues si los rebeldes estuvieran bien preparados podrían haber tomado la ciudad, pero no son un ejército entrenado y las fuerzas gubernamentales juegan con ventaja.

En Trípoli, los leales al coronel intentaron sin éxito sofocar las protestas convocadas por todo el país. Las fuerzas de seguridad colocaron puestos en todos los accesos al centro de la capital y revisaron todos los vehículos que circulaban en busca de rebeldes. También se impidió salir del hotel a los pocos periodistas extranjeros para cubrir las protestas. Al menos 14 camionetas de las fuerzas de seguridad entraron en la plaza Verde de Trípoli para dispersar a los que protestaban contra Gadafi.


Choques en Trípoli
La policía secreta estuvo activa desde primera hora y detuvo a decenas de sospechosos en la capital Libia y en la localidad occidental de Zauiya, que ayer también fue recuperada por las fuerzas gubernamentales tras haber caído por unas horas en manos de los rebeldes. En un intento desesperado de ocultar lo que ocurre en el blindado Trípoli, las autoridades cortaron de nuevo las comunicaciones telefónicas y también internet. En los suburbios de la capital, en Tajoura, algunos manifestantes quemaron banderas verdes de Gadafi en señal de protesta contra el régimen, pero rápidamente las Fuerzas de Seguridad los atacaron con gases lacrimógenos y balas de fogueo para disolver la manifestación.

En el este del país, la situación ha pasado de una tensa calma a un polvorín a punto de estallar. En estos momentos todos los escenarios son posibles, incluso que estalle una guerra civil. A última hora de ayer, fuertes explosiones se oyeron en las inmediaciones de la base militar de las Fuerzas Aéreas de Rasha, a 30 kilómetros de Bengasi. Era un depósito de armas incendiado que provocó la muerte de al menos 17 personas. Se cree que fue obra de las fuerzas de Gadafi.