Invertir en autonomía por Tomás Castillo

La ley de dependencia va a ser revisada apenas transcurridos cinco años y medio desde su publicación. Es el fracaso de un modelo que no satisface a casi nadie, y que está llevando a una situación de insostenibilidad a un sistema que se ha diseñado para atender a la dependencia, en vez de promover la autonomía de las personas, para que puedan valerse por sí mismas el máximo de tiempo posible. Promover la autonomía supone invertir en las personas, lo cual aumenta la propia dignidad siempre, y supone un ahorro económico a largo plazo. Durante estos años ha existido una carrera desenfrenada por ver qué comunidad reconocía a un mayor número de dependientes, la mayoría para entregar a sus familias una ayuda económica, que en la ley se establecía como una excepción, sin que ello esté suponiendo una mejora en la promoción de la autonomía de estas personas, porque no nos hemos ocupado de formar y capacitar a los familiares y a los cuidadores profesionales. Las entidades que han venido trabajando tradicionalmente con la discapacidad y logrando niveles muy altos de autonomía han contado muy poco en la implantación del sistema. Todos vamos a conocer la discapacidad en uno u otro momento de nuestra vida, y muy probablemente la situación de dependencia. El problema es que las personas con mayor dependencia están consumiendo los recursos, y se está dejando a las personas con mayores posibilidades de autonomía sin presupuesto. ¿A quién se le da prioridad entonces? Debería cuestionarse a qué se le da prioridad. Y la respuesta entonces es más sencilla y práctica. Fomentemos los apoyos en la comunidad, en vez de abrir más instituciones, más residencias. Formemos a los familiares. Promovamos la ayuda en el hogar, invirtamos en accesibilidad y crearemos empleo en la construcción. Formemos al personal que se dedica a esta tarea, exijamos profesionalidad (no todo el mundo vale). La vida en la comunidad, complementada por los apoyos de entidades especializadas aportará a la persona bienestar y harán sostenible económicamente el sistema.

Tomás Castillo
Pte. Fed. Esp. de Fibrosis Quística y Tesorero Fed. Esp. de Enfermedades Raras