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Chacón arenga a la militancia y se erige en «democratizadora» del PSOE
MADRID- Dicen que «no tiene padre ni madre» –así que debe ser hijo del Espíritu Santo–; que no es una plataforma de apoyo a Carme Chacón, aunque haya sido ella personalmente quien ha contactado uno a uno con todos lo firmantes, y añaden, además, que el objetivo es el debate de las ideas y no el de los nombres, como si a estas alturas no se supiera que la batalla es por el liderazgo, por el poder orgánico, el control y la supervivencia. Hablamos, claro, de quienes han suscrito el manifiesto «Mucho PSOE por hacer» en el que la catalana llevaba trabajando semanas y que, sin embargo, decidió hacer público la tarde del martes en el mismo momento en que Zapatero abandonaba La Moncloa, tras la investidura de Mariano Rajoy. El texto, una enmienda global a la gestión del ya ex presidente del Gobierno, pero también a su labor como secretario general del PSOE, cayó como un jarro de agua fría en la calle Ferraz. Y no sólo por el momento en el que se filtró, sino porque la intención de Chacón era también lanzar un claro mensaje al que será, seguro, su principal rival en el próximo congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba: estoy preparada para la batalla y cuento con apoyos suficientes para ganarla.
Pues bien, lanzada ya la primera parte de la artillería, los firmantes del manifiesto se reunieron ayer en un hotel madrileño situado a pocos metros de la calle Ferraz para solemnizar su propósito: un cambio en profundidad en el funcionamiento del partido para que sea «ejemplo de democracia». A la convocatoria, tan caótica como delirante, acudieron los ex ministros Francisco Caamaño, Cristina Narbona, Juan Fernando López Aguilar y la propia Chacón, que se hizo pasar «por una más de un gran equipo que quiere abrir un debate muy necesario en el partido». También estaban la presidenta del PSM, Delia Blanco, el diputado madrileño Antonio Miguel Carmona; el secretario general de Navarra, Roberto Jiménez; el alcalde de Soria, Carlos Martínez, y el valenciano Ximo Puig, entre otros. Los nombres estaban calculadamente elegidos y pretendían enviar un mensaje de fuerza de la catalana, pese a que todos ellos estaban allí a título individual y ninguno puede garantizar que vaya a ser seguido por la totalidad de sus respectivas federaciones. Todas están divididas en dos, tres y hasta cuatro bloques. El único que sí moviliza a un sector considerable de las bases en Valencia es Tximo Puig en contra del secretario general Jorge Alarte, que en esta «guerra» está con Rubalcaba. Ni López Aguilar representa el sentir de los canarios, ni Delia Blanco el de los madrileños, ni Jiménez el de todos los socialistas navarros...
Pese a ello, todos se conjuraron para animar a la militancia a que tome partido, al tiempo que anunciaron sucesivas reuniones de coordinación que no se sabe quién coordinará y sucesivos documentos que tampoco se sabe quién redactará. Y esto tras insistir hasta la saciedad quienes hicieron de portavoces improvisados del cónclave –el alcalde de Soria y Cristina Narbona– que su objetivo no es formar parte de una plataforma en apoyo a Chacón, sino de hacer un «diagnóstico autocrítico y ponderado de lo que ha sucedido en el PSOE en los últimos años» para, a partir de él, marcar líneas de trabajo «que tienen que ver con la necesidad de cambios muy profundos en la organización y en el funcionamiento de este partido». Así que a partir de ahora se proponen trasladar el debate a todas las agrupaciones provinciales «en busca de un rearme ideológico». Si alguien insistió durante la reunión en que es preciso forzar la participación de la militancia en el futuro del PSOE ésa fue Chacón, que sigue sin anunciar su candidatura.
Rubalcaba abre ronda de consultas con los notables
Ni la finta de Carme Chacón, ni la «deslealtad» de Narbona, ni lo que digan los suyos. Alfredo Pérez Rubalcaba no tiene intención de modificar sus tiempos y mucho menos de reaccionar al manifiesto promovido por la catalana. Los suyos dan por seguro que será candidato al congreso y que lo anunciará en su momento. A partir de ahora abrirá una ronda de consultas con algunos notables. Entre los primeros, Zapatero y González, con quien tiene previsto intercambiar impresiones en los próximos días.
Firmantes del manifiesto
López Aguilar
«Los socialistas estamos obligados a debatir sobre el futuro. Queremos, sentimos y nos duele el PSOE»
Cristina Narbona
«No es un texto a favor ni en contra de nadie, sino un diagnóstico autocrítico de la situación del partido»
Carlos Martínez
«Queremos contar con todos, con la participación de militantes simpatizantes y colectivos ciudadanos»
Críticos con el documento
Elena Valenciano
«Es un texto interesante pero injusto e inoportuno en la parte que se refiere a la gestión de José Luis R. Zapatero»
Marcelino Iglesias
«Todos sabemos leer. Y el manifiesto es el primer paso de la presentación de la candidatura de Carme Chacón»
Patxi López
Hombre afín a Rubalcaba, evitó pronunciarse sobre el documento: «No voy a valorarlo, hoy no toca»
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