El Barça cumple todos los rituales de celebración sobre césped del Levante

Pitido final, invasión de periodistas, jugadores en mitad del tumulto abrazándose, saltando e intentando aproximarse a una de las esquinas del fondo norte, donde se ha situado la afición desplazada desde ciudad Condal.

Los jugadores, ganadores de su tercer título consecutivo, apenas han estado unos minutos sobre el terreno de juego tras el final del partido y han enfilado pronto el camino de los vestuarios, pero ante la insistencia de los aficionados blaugranas, han regresado al ruedo para extender la celebración.

En esta ocasión, que tampoco se ha prolongado demasiado, reservando las intenciones festivas para el Camp Nou, los jugadores han dado la vuelta al estadio del rival y han recibido los aplausos de los pocos espectadores -a excepción de la citada zona barcelonista- que poblaban las gradas.

La celebración final ha sido la culminación a una fiesta que ha comenzado horas antes del partido en las inmediaciones del estadio, teñidas con el azul y grana de camisetas, banderas y bufandas, y donde los gritos en apoyo que entrena Josep Guardiola se han amplificado por encima del resto de sonidos urbanos.

El partido ha sido lo de menos, tal y como se ha podido observar en la actitud de los jugadores y de los aficionados, que veinte minutos antes del final y con el 1-1 en el marcador que contentaba las aspiraciones de ambos equipos, comenzaban a disparar los flashes de sus cámaras.

Finalmente, aplausos para el Levante, que casi consigue la permanencia, y gritos de campeón en las gradas barcelonistas. Próxima parada: Canaletas.