Barcelona

Sánchez-Camacho pide el voto para dar un «gran zapatazo» a Zapatero

La presidenta del PP anima a los electores a ejercer el «derecho a decidir» por el partido que les sacará de la crisis.

Sánchez-Camacho celebró el final de campaña con militantes y cargos del partido en Can Dragó
Sánchez-Camacho celebró el final de campaña con militantes y cargos del partido en Can Dragólarazon

BARCELONA- Ulises tardó 20 años en regresar a su Ítaca natal después de dejar ciego a un cíclope, resistirse a los encantos de las sirenas y perder a todos sus compañeros tras un rifirrafe con Zeus. Alicia Sánchez-Camacho ha tardado algo menos en volver a su casa, Blanes, tras una campaña electoral en la que ha tarareado la canción «Susanita tiene un ratón» con Mariano Rajoy en una fiesta infantil de Barcelona, o convencido al patriarca de los Flores para que su familia vote por el PP.
La candidata del PP eligió jugar ayer el último partido de la campaña en casa. Durante un paseo por Blanes, junto a María Dolores de Cospedal y su madre Manolita, se fundió en un abrazo con el médico que le diagnosticó apendicitis, y se puso colorada cuando Leopoldo, el bibliotecario, le recordó que la tuvo que echar alguna vez de la biblioteca porque «era muy charlatana».

Superar la crisis
Pero «catalans emprenyats» hay en todos lados, y Sánchez-Camacho se encontró con una, Rosa, en el mercadillo de Blanes. «Dejaros de pelear, que no solucionáis nada», le espetó. Era un consejo para todos los políticos porque «yo lo que quiero es trabajar, ganar dinero, y que no discutáis sobre si se ha de hablar castellano, catalán». Sánchez-Camacho le tomó la palabra y en la cena-mitin de cierre de campaña en Can Dragó, ya en Barcelona, erigió al PP como el único partido que habla de los problemas que preocupan a los ciudadanos: superar la crisis económica y crear empleo.
Con las encuestas sonriendo a CiU, alertó de que el voto útil para desterrar al tripartito no es para Artur Mas. La candidata tiene la teoría de que la victoria de Mas puede derivar en un pacto entre el PSC y CiU que garantice la continuidad de los socialistas en la Generalitat y el Gobierno. Como prueba, alegó que «Mas ha estado guiñando el ojo a José Montilla», pidiéndole que le facilite la investidura si gana, para luego acusarle de «jugar con la buena fe de los catalanes que no votan a CiU porque les guste, sino para que se vaya Montilla». «Recordar, el voto útil es para el PP», sentenció.
A tres horas de la jornada de reflexión, hizo un último esfuerzo para movilizar a los indecisos y a los que ya han decidido abstenerse. Llamó a los catalanes a que se olviden de los prejuicios y voten al partido que en 1996 sacó a España de la crisis, creó 1, 4 millones de puestos de trabajo en Cataluña y rozó el déficit cero. En definitiva, pidió el voto para los populares, porque además, «el voto del PP sirve para frenar la deriva independentista de CiU».
Tras condenar los referendos y demás aventuras soberanistas de la última legislatura, llamó a los catalanes a ejercer el «derecho a decidir» el domingo, porque luego de nada servirá quejarse si el gobierno que se dibuja tras el 28 de noviembre no les gusta. Les invitó a contestar con un «gran zapatazo» a Zapatero. Tal como Mariano Rajoy advirtió anteayer en el mitin conjunto, explicó que el cambio en el Gobierno comienza por un cambio en Cataluña de la mano del PP.



Sitio:
Polideportivo de Can Dragó (Barcelona).
Asistentes
Compartieron la cena con la candidata 420 comensales, entre ellos, el presidente del partido en Barcelona, Antoni Bosch, y el presidente del grupo municipal, Alberto Fernández.
La anécdota
La candidata tuvo un gesto con los periodistas que han seguido su campaña y les dedicó su mensaje: votar al PP frenará la deriva independentista de CiU.