San Francisco
«Tras estudiar cinco años gano 850 euros»
Nació: en 1983, en Barcelona. Una película: «Spiderman». Una serie de televisión: «Prison Break». Tipo de música: electrónica. Un libro: «El ocho» Dentro de 20 años: «Seré investigador principal».
–Junto a otros compañeros acaba de publicar en «Nature» un sistema celular vivo con capacidad de computación artificial... ¿Me lo puede traducir?
–Mediante múltiples combinaciones de células modificadas con ingeniería genética se pueden conseguir sistemas biológicos con capacidad de decisión según unos criterios predefinidos. Es un avance, porque, tenga en cuenta, que las células detectan cosas que las máquinas no pueden, como evaluar parámetros y generar una respuesta.
–¿Ser un investigador joven es muy duro?
–Ser investigador es duro, da igual si eres joven o mayor. Se trata de un trabajo que puede ser frustrante porque tienes infinitas hipótesis en tu cabeza y solamente una es la correcta. En ocasiones perdemos semanas de trabajo porque no vamos en la dirección correcta, pero hay que saber aceptar el fracaso.
–Como jóvenes, ¿qué problemas añadidos tienen?
–En nuestro país hay pocos recursos para la investigación y, lo más grave, el enquistamiento de los catedráticos veteranos. Como no convocan plazas nuevas, ellos siguen y suponen un freno para nosotros. No se produce la renovación ni se favorecen las ideas más innovadoras y rompedoras que podrían revolucionar un campo de estudio.
–¿Y los sueldos?
–Desde los más jóvenes a los más experimentados cobramos menos de la mitad que en Europa o EE UU. Yo, por ejemplo, después de estar cinco años estudiando, y ahora como investigador asociado, no llego a los 1.000 euros.
–¿Qué incentivos para los jóvenes echa en falta en esta sociedad?
–Que está de vuelta de todo. No se motiva a la gente joven. ¿Usted cree que un joven está motivado para estudiar cinco años si luego va a ganar 850 euros como a mí me sucede? Así se hunden las ambiciones profesionales que se puedan tener.
–De ahí la fuga de cerebros...
–Una de las claves de la fuga de la que habla es que en España no se crean plazas nuevas para que la gente pueda volver. Y luego hay otra realidad: el Gobierno se queja de que nos vayamos, pero lo cierto es que aquí no accedes a determinados puestos de alta responsabilidad si en tu currículo no figuran estudios o experiencia en el extranjero.
–¿Cómo valora el ambiente político?
–Complicado por la crisis. Ya se está notando el recorte en los presupuestos en ciencia y en otras muchas partidas, aunque tengo que reconocer que, al menos en ciencia, se están poniendo un poco las pilas.
–¿Viviremos con usted una nueva fuga de cerebros?
–Sí, me voy como mínimo tres años a San Francisco. A pesar de la crisis es un sitio con más recursos, el nivel es más elevado. Eso sí, me pelearé para volver. A ver si crean plazas nuevas de investigador principal...
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