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El nuevo PSC tiende ahora la mano a Artur Mas
Navarro lidera un partido continuista del de Montilla
«Lo nuestro no ha sido una revolución, sino una renovación, porque somos socialistas, no comunistas», resumía una joven dirigente del PSC que estará en la ejecutiva que ha elegido Pere Navarro, el nuevo primer secretario de los socialistas catalanes.
Tras haber «tocado fondo», en palabras de José Montilla, el PSC afrontó este fin de semana el congreso de su renacimiento. La cúpula saliente que formaban Montilla, José Zaragoza y Miquel Iceta dirigió, tras el escenario, un cambio sin traumas. Y es que cambian las caras entre los socialistas catalanes, pero no hay quiebra con el pasado. El equipo que decía adiós empujó a Navarro hacia la victoria y junto a él, a dos hombres de su confianza: Antonio Balmón, que relevó a Montilla en la alcaldía de Cornellà y Daniel Fernández. El primero será secretario de Acción Política y el segundo sustituye a Zaragoza al frente de la Secretaría de Organización. La imagen de Zaragoza alzando el brazo de Fernández en señal de victoria dice más que mil palabras.
Navarro durmió poco el sábado. Abandonó el Palau de Congressos, cuando cierran las discotecas de Barcelona, a las 5:30 de la madrugada, sólo que no estuvo bailando, sino negociando el núcleo duro de su ejecutiva, de la que forman parte diez personas. Navarro, forjado en el municipalismo, incorpora a seis alcaldes y a la generación de jóvenes dirigentes. La negociación más difícil fue integrar a sus dos rivales en el congreso, Joan Ignasi Elena y Àngel Ros, representantes del catalanismo. En aras del cambio, Navarro ofreció a Artur Mas su apoyo si no basa la salida de la crisis en más recortes. Los socialistas, dirigidos en el Parlament por Joaquim Nadal, se han mostrado reacios a colaborar con el equipo de Artur Mas el primer año de legislatura. Los recortes han tenido mucha culpa. Por eso, Navarro puso un pero a tender la mano a Mas, que no base la salida de la crisis exclusivamente en los recortes.
Sí ha quedado claro este fin de semana que Carme Chacón ha ganado peso en un cónclave donde sus posiciones políticas y sus seguidores se han impuesto con firmeza. Ha ganado el ala menos nacionalista, donde se sitúa la hasta ahora ministra de Defensa, y el PSC le garantiza apoyo casi unánime si ella aspira a liderar el PSOE.
Por su parte, Pere Navarro se sirvió de un puñado de metáforas para explicar los retos que le esperan, entrenar al socialismo para que en la próxima contienda electoral tenga el músculo suficiente para echarle un pulso a la derecha –CiU y PP– y ganar. Tras incidir en los cambios que el PSC ha integrado en su XII congreso, en el que se ha votado en secreto el informe de gestión y por primera vez se ha elegido por separado al primer secretario y al resto de la ejecutiva, avisó de que sólo «estamos en el campamento base» y «nos queda una montaña muy alta que escalar». Por si no quedó claro, recurrió al mundo de los «castells», «tenemos la piña del 3 de 10» o al clásico «hemos plantado los cimientos; ahora queda construir el edificio».
Montilla, Tura y Maragall se quedan fuera
Los delegados del XII Congreso del PSC aprobaron con el 83,08% de los votos la propuesta de Ejecutiva anunciada por el nuevo primer secretario del partido, Pere Navarro. Entre las ausencias destacadas respecto a la anterior dirección del partido están las bajas de José Montilla y los ex consellers Montserrat Tura (Interior y Justicia), Ernest Maragall (Educación) y Joaquim Llena (Agricultura).
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