Libia
Gadafi: «Obama es un buen hombre pero le han engañado»
Muamar Gadafi no parece dispuesto a renunciar al control de las ciudades clave del oeste del país, que parecían ya en manos de los rebeldes. Fugado de la realidad, ayer mantuvo una entrevista con varios periodistas occidentales en la que resumió su visión de las cosas
«Occidente me ha abandonado. Teníamos un pacto para luchar contra el terrorismo y nos han dejado solos. Obama es un buen hombre, pero le han engañado. No puedo irme de Libia, el pueblo me adora. Tal vez, lo que quieren es quedarse con el petróleo de mi país».
Pese a todo y en especial la creciente presión internacional, el coronel parece recuperar posiciones en las últimas 24 horas, después de que sus fuerzas consiguieran ayer retomar el control de Sabratha, que había sido liberada. Las principales batallas se libran ahora en Misrata y Zauiya, que son consideradas fundamentales para el devenir del enfrentamiento civil libio. Mesrata es la tercera ciudad de Libia y Gadafi no puede permitirse perderla: allí siguen loscombates entre los revolucionarios y los hombres de Gadafi, al igual que en Zauiya, que antes de ayer parecía estar bajo el controlabsoluto de los rebeldes. Éstos se han atrincherado en el centro de la ciudad y se encuentran rodeados por las fuerzas gubernamentales, que controlarían la base militar cercana.
Las tropas gubernamentales, dirigidas por Jamis Gadafi, tratan de mantener los puntos estratégicos, como los accesos por mar y aire, para aislar así a sus oponentes y dificultar que éstos obtengan tanto suministros de cualquier tipo, como ayuda humanitaria. Incluso en el este, el aeropuerto de Bengasi, que se ha convertido en la capital de la «Libia libre», no sería del todo seguro.
Fuentes rebeldes, que prefieren guardar el anonimato, dijeron a LA RAZÓN que aviones de Gadafi atacaron ayer una base militar a tres kilómetros del aeropuerto de Al Benin, que quedó parcialmente destruido durante la batalla por Bengasi. Las mismas fuentes aseguraron que Gadafi bombardeó también un depósito de armas en Djabiya. Mientras, en la capital la situación permanece estancada. Los intentos de manifestarse contra el régimen son cortados de raíz por la Policía, que actúa sin contemplaciones.
Mohamed, un residente de Bengasi, cuyos dos hermanos residen en la capital, dijo a este periódico que la situación allí ha sido de calma tensa en los últimos dos días, sin enfrentamientos ni violencia destacada en las calles.Los rebeldes se habrían retirado parcialmente o estarían ganandotiempo, un tiempo que puede jugar a favor del coronel y que puede ser crucial para el desenlace final. «Temo que nuestros compañeros de Trípoli estén dejando pasar este momento», dice Mohamed. «Si dejan de luchar ahora, habremos perdido la oportunidad de acabar con Gadafi». Todo el este permanece con la vista y las esperanzas puestas en Trípoli, porque sin que la capital sea liberada, rechazan volver a la normalidad y empezar a vivir la nueva era post Gadafi, a pesar de que el régimen haya caído en esta parte del país. Los habitantes de Bengasi confían en la victoria, pero cada día que pasa y esto no ocurre se muestran más preocupados por su destino.
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